Elecciones Turquía
Las elecciones más trascendentales que ha vivido Turquía en una generación tendrán lugar el día 14 y se producen después del peor desastre en un siglo, el terremoto que en febrero dejó más de 44.000 víctimas mortales en el país. La falta de previsión, las deficiencias en la construcción y la escasa capacidad de reacción gubernamental son algunos de los motivos que pueden acabar con 20 años en el poder del presidente Recep Tayyip Erdogan.
En Turquía, el segundo país más grande de Europa con sus 85 millones de habitantes, son muchos los que vaticinan un cambio. Han sido golpeados por una inflación paralizante, una moneda, la lira turca, que se derrumba y una fuerte caída en el nivel de vida, agravada por el devastador terremoto de febrero que, además de decenas de miles de víctimas, dejó a millones de personas sin hogar.
Los cuatro millones de refugiados sirios se han convertido también en protagonistas de la campaña. El líder opositor habla de "devolverlos a su país en un plazo de dos años", mientras que Erdogan promete conseguirlo mediante un acuerdo con el gobierno sirio.
¿Qué dicen los sondeos?
La mayoría de los sondeos apuntan a una victoria de la oposición, si bien por escaso margen, que pondría fin a dos décadas en el poder del actual presidente, el islamista Recep Tayyip Erdogan. Las dudas sobre la salud de Erdogan (69 años), que tuvo que cancelar varios actos de campaña por estar indispuesto, pueden tener también incidencia en el resultado electoral.
El día 14 se celebrarán tanto elecciones presidenciales como parlamentarias. Si ninguno de los candidatos a presidente consigue el 50% de los votos, el día 28 de mayo se celebrará una segunda vuelta. El candidato de la oposición y favorito según la mayoría de los sondeos es el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu. Apodado "el Gandhi turco" por su parecido con el líder indio, desde el año 2008 ha denunciado decenas de casos de corrupción en los que estaban implicados miembros del AKP, el partido del presidente Erdogan.
Si venciera el bloque opositor, los analistas anticipan un acercamiento a la UE y un mayor distanciamiento de Putin. En la guerra de Ucrania, Erdogan ha mantenido una postura relativamente equidistante a pesar de ser Turquía miembro de la OTAN. La dependencia del gas ruso sigue siendo muy importante. También se prevé que, sin Erdogan en el poder, sea más factible el imprescindible apoyo de Turquía a la adhesión de Suecia a la Alianza Atlántica.