TENDRÁ 170 KILOMETROS DE LONGITUD
Túnez ha iniciado la construcción de una valla en la frontera con Libia para tratar de controlar el contrabando y la infiltración en ambas direcciones de yihadistas, anunció el primer ministro tunecino, Habib Essid.
El jefe del Ejecutivo tunecino dijo que la valla tendrá unos 170 kilómetros de longitud y que se espera esté acabada para finales de este mismo año.
En muchos tramos, la valla, que es levantada por el Ejército, "estará flanqueada por trincheras" e incluirá "cámaras de vigilancia", agregó.
La prensa local indicó hoy que la valla parte desde el puesto fronterizo de Ras Jedir, junto a la costa, y finalizará en el de Dehiba, lo que supone una tercera parte de los 460 kilómetros de frontera, en su mayoría desértica, que separa a ambos estados.
La decisión de construir el muro se ha adoptado poco después de que Túnez haya sufrido en apenas tres meses dos atentados yihadistas que han costado la vida a 60 turistas extranjeros y han golpeado su difícil transición política y económica.
Según las fuerzas de Seguridad, tanto el pistolero que el pasado 26 de junio mató a 38 turistas europeos en un playa de la ciudad costera de Susa, como los dos que el pasado 18 de marzo asesinaron a 22 turistas en el museo de El Bardo de la capital tunecina, recibieron entrenamiento militar en campos yihadistas en Libia.
Los tres pudieron haber entrado y salido de forma furtiva de ese país gracias a las mafias de tráfico de personas y de mercancías que operan en el sur de Túnez, una práctica que las autoridades comienzan a admitir que es más común de lo que se había dicho.
El portavoz del ministerio tunecino de Defensa, Belhasan Oueslati, reveló que tres jóvenes militares de la localidad meridional de Remada han abandonado sus casas y partido hacia Libia, presumiblemente para unirse a la yihad.
Los supuestos desertores elevan a 35 el número de jóvenes que han salido rumbo a Libia en los últimos días desde esta localidad, la más meridional del país y a escasos kilómetros de la frontera con Libia.
Túnez es, junto a Francia, el país que más voluntarios aporta al Estado Islámico, con cerca de tres mil yihadistas, según cálculos oficiales, y más de cinco mil, según diversos expertos en islam radical afincados en el país.
De ellos, se cree que cerca de un millar han regresado y han buscado refugio tanto en Libia, donde está cobijado el ilegalizado grupo tunecino "Ansar al Sharia", como en la región de Kasserine, en la porosa frontera con Argelia.