CLAMOR EN LA CÁMARA
El aplauso ha durado minutos en el parlamento tunecino. La nueva Constitución acababa de nacer gracias a la generosidad de todos los grupos políticos.
Todos han cedido, desde Enahda, el poderoso partido islamista moderado, hasta la izquierda laica, que ha guardado el escaño de su líder asesinado.
La nueva Carta Magna reconoce el Islam como la religión del país, pero también consagra la libertad de conciencia, de creencia y la igualdad entre los sexos, toda una novedad en los países musulmanes.
Las elecciones democráticas serán en otoño. Tres años después de que un joven se quemara a lo bonzo en Sidi Bouzid, tras confiscarle la policía su puesto callejero de frutas, los islamistas moderados ceden el poder a un gobierno de independientes hasta las elecciones.
El compromiso pretende evitar la deriva autoritaria, ocurrida en Siria, Libia y Egipto. El país de los faraones parece que se encamina hacia otro régimen militar. El gobierno de transición, nacido del golpe de Estado, ha adelantado las elecciones presidenciales a las legislativas.
Una medida que favorece como posible candidato al general Al Sisi. En las calles el aniversario de la protesta que hizo caer a Mubarak, terminó con medio centenar de muertos.