EN ESTADOS UNIDOS
Donald Trump se ha visto obligado a pronunciarse en uno de los asuntos que más polariza a la sociedad norteamericana: el aborto. La derogación en varios estados del país del derecho a interrumpir el embarazo -el último el pasado viernes, en Misuri- ha puesto en guardia a los colectivos feministas.
Es un debate muy agrio a favor y en contra que se produce meses antes de que comience la campaña para las elecciones de 2020, en la que Trump pugnará por ser reelegido.
En 2020, los norteamericanos volverán a las urnas para elegir presidente. Y Donald Trump, que parece querer repetir en el cargo, intenta manejarse con cautela en uno de los temas más sensibles: el aborto. Y así ha tratado el tema: "Soy firmemente pro-vida, con tres excepciones: violación, incesto y protección de la vida de la madre.
Trump discrepa parcialmente de las leyes que están aprobando varios estados muchos más restrictivas, ya que sólo contemplan interrumpir el embarazo en el caso de que la vida de la madre esté en peligro.
"La ley provida es muy simple, pero al mismo tiempo, muy poderosa. Es una declaración de que toda vida merece protección", dijo el presidente estadounidense.
El último estado ha sido Misuri, y con este territorio son ya ocho los que han decidido derogar una ley de 1973, que permitía abortar en todo el país. Los parlamentos de estos estados, dominados por republicanos y por hombres han aprobado normas que contemplan penas de cárcel de hasta quince años para los médicos que practiquen abortos después de las ocho semanas de gestación.
Los colectivos feministas se sienten impotentes ante la pérdida de sus derechos. Mujeres muy populares se manifiestan en público como es el caso de Alicia Keys, que ha difundido este gráfico en el que de manera muy simple muestra quién tiene derecho a opinar sobre este asunto y quién no.