Donald Trump
El expresidente y dos de sus hijos están acusados de fraude fiscal continuado. La causa judicial se extenderá hasta el 22 de diciembre.
Donald Trump enfrenta otra causa judicial sentando en el banquillo. Otra más. Esta vez el expresidente de Estados Unidos está acusado de fraude fiscal por inflar durante décadas el valor de sus activos para obtener beneficios. Él vuelve a insistir en que se trata de otra "caza de brujas", dice que es inocente. Afronta un proceso civil junto a sus hijos Eric y Donald Jr. La fiscal general de Nueva York, Letitia James, reclama 250 millones de compensación, pide que se prohíba a Trump administrar negocios en el Estado y que se le restrinjan temporalmente sus actividades inmobiliarias comerciales.
Este juicio contra el magnate estadounidense y sus hijos no podrá enviar al republicano a prisión aunque se declarase culpable. Eso sí, casi una docena de propiedades como la torre Trump de la Quinta Avenida están en juego. La Organización Trump está acusada de fraude continuado y la fiscal asegura que "la Justicia prevalecerá" ante sus argumentos.
El magistrado que decidirá sobre el caso, Arthur Engoron, emitió la semana pasada una decisión previa en la que dictaba que la Organización Trump y sus ejecutivos cometieron fraude en general. Revocó las licencias comerciales de Trump en Nueva York, que afecta a solo unas pocas de las cerca de 500 entidades que posee. Lo que ocurre es que entre ellas se encuentran algunas de las más valiosas, como la Torre o un edificio de oficinas de Wall Street.
La causa civil se extenderá hasta el 22 de diciembre, según Engoron al comienzo de la primera sesión. "Es ridículo que tengamos que perder nuestro tiempo durante meses, deberían investigar los asesinatos y los delitos violentos", ha enunciado el republicano, que ha acusando al "juez demócrata" de haber tomado ya una decisión.
Donald Trump ha insistido en la corte en la validez de sus declaraciones financieras y el valor de sus propiedades. Tras comparecer, ha espetado en su red social 'Truth' que lucha "contra una fiscal general corrupta y racista y contra un juez fuera de control que odia a Trump, que se niega a aceptar una decisión del tribunal de apelaciones que deja fuera de combate el 80% de su caso". Ante los medios de comunicación ha calificado de "estafa" y "vergüenza" el juicio.