TRAS ANALIZAR LA CAJA NEGRA
El tren de pasajeros que el pasado 29 de septiembre se estrelló en la estación de Hoboken, en Nueva Jersey, ha dejado un muerto y más de un centenar de heridos, circulaba al doble de velocidad del límite permitido cuando tuvo lugar el accidente, según han confirmado fuentes federales este jueves.
El Panel de Seguridad de Transporte Nacional ha señalado que el aparato circulaba a 33 kilómetros por hora, según han podido recoger de la información descargada de la 'caja negra' del ferrocarril, tal y como ha informado el diario estadounidense 'New York Times'.
En los interrogatorios con los investigadores llevados a cabo durante el fin de semana el ingeniero responsable del tren, Thomas Gallagher, ingeniero de 48 años, aseguró que el aparato entró a la estación a unos 16 kilómetros por hora, si bien ha señalado que no recuerda el accidente.
Los datos de la 'caja negra', sin embargo, apuntan a que hizo un último esfuerzo para frenar el tren antes de que éste impactara. Gracias a los datos recuperados de la 'caja negra', se ha sabido que un minuto antes del accidente sonó el claxon que anuncia la llegada del tren al andén para, 22 segundos después, mientras el ferrocarril entraba en la estación de Hoboken a algo menos de 13 kilómetros por hora, la válvula pasó de la posición de ralentí a la de aceleración.
De este modo, el tren ganó velocidad hasta alcanzar los 33 kilómetros por hora. Menos de un segundo antes del impacto, Gallagher trató de activar el freno de emergencia.
La estación de Hoboken es una de las terminales con mayor tránsito del área. La única víctima mortal, Fabiola Bittar de Kroon, de 34 años, se encontraba en la plataforma en el momento del choque.
El accidente tuvo lugar cinco años después de otro siniestro en el que más de 30 personas resultaron heridas cuando un tren no lograra detenerse en la misma estación.