UN MILLÓN DE AFECTADOS
Ochocientos turistas quedaban incomunicados y se estima que, al menos, otros 15.000 continúan atrapados al sur, dónde el tráfico se ha visto afectado por las lluvias torrenciales.
Las fuertes precipitaciones arrojan un escenario desolador: carreteras destruidas, puentes anegados, embarcaderos destrozados, incluso movimientos de tierra, que arrasan con todo a su paso.
Tailandia sufre el azote del temporal, aunque no es la primera vez. Entre octubre y noviembre del año pasado más de 200 personas murieron por las inundaciones. Ahora, las cifras oficiales hablan de un millón de afectados y 21 muertos.
Todos los vuelos están cancelados en el aeropuerto de Samui, convirtiendo las vacaciones de muchos, en una aútentica pesadilla, y en el portaaviones de la Armada tailandesa en una improvisada sala de espera. A su llegada todo eran caras sonrientes. Un viaje que seguro, nunca olvidarán.