EN UNA CALLE CERCANA AL CENTRO COMERCIAL
El joven alemán-iraní de 18 años que asesinó a nueve personas en un centro comercial de Múnich se suicidó de un disparo en la cabeza ante la policía, han informado fuentes de las fuerzas de seguridad en la capital de Baviera.
Hacia las 18:30 horas, una patrulla de la policía contactó con el presunto atacante, quien al ser interpelado por los agentes sacó su pistola, apuntó a su cabeza y disparó, indica la policía a través de un comunicado. Cuando eso ocurrió, el atacante estaba a cierta distancia del centro comercial, donde se había producido el tiroteo unas dos horas y media antes. Agentes de civil habían disparado ya anteriormente contra el joven, en el aparcamiento del centro comercial, pero resultó ileso y logró huir.
Hasta ahora, la policía había indicado únicamente que el atacante se había suicidado y que su cuerpo fue localizado a un kilómetro aproximadamente del lugar de los hechos, en una calle adyacente.
El joven, germano-iraní, tenía 18 años y actuó en Múnich, su ciudad natal. Era un estudiante obsesionado con la violencia y las matanzas y actuó sin ningún tipo de motivación terrorista o islamista, según la investigación de la Policía y la fiscalía alemanas. Tras la alerta antiterrorista desatada después del tiroteo en la capital de Baviera, la Policía sigue investigando qué empujó al joven, identificado como David Sonboly, a coger una pistola y lanzarse a disparar primero en una hamburguesería, luego en la calle y finalmente en un centro comercial.
Según la fiscalía, el joven se encontraba en tratamiento psiquiátrico y el ministro de Interior bávaro, Joachim Hermann, aseguró que hay indicios de que sufría "una perturbación psíquica nada leve". En rueda de prensa el jefe de la Policía de Múnich, Hubertus Andrä, explicó que en el registro de la habitación del chico, que vivía con su familia y presuntamente había sufrido transtornos depresivos, no se ha hallado ningún indicio que lo relacione con la organización terrorista Daesh. Tampoco hay nada que apunte a motivaciones políticas o religiosas pero sí recortes de periódico sobre grandes operaciones policiales y libros sobre actos de violencia y matanzas.
El ministro de Interior, Thomas de Maizière, confirmó que encontraron documentos sobre Anders Behring Breivik, el noruego que ayer hace cinco años asesinó a 77 personas, y sobre Tim Kretschmer, el joven de 17 años que en 2009 mató a quince personas en su antiguo colegio en de Winnenden (suroeste de Alemania) y luego se suicidó. Estos documentos no desvelan los motivos del tirador de Múnich, según los investigadores, pero atestiguan su fijación con este tipo de matanzas.
La policía asume que se trató de un caso "clásico" de "Amok", una palabra corriente en alemán y que se encuentra también recogida en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: "Entre los malayos, ataque de locura homicida". El joven, sin antecedentes penales, actuó solo y se investiga si pirateó una cuenta de Facebook de una tercera persona para invitar a tomar algo a conocidos en el McDonalds donde comenzó su ataque.
El chico fue grabado en una azotea profirieron gritos y, según la transcripción del diario "Süddeutsche Zeitung", se define como alemán, de un barrio de Hartz IV (con alto porcentaje de receptores de ayuda social) y afirma: "Por vosotros he sufrido 'mobbing' durante siete años; tuve que comprarme un arma y mataros a todos". La Policía no confirmó la existencia de vínculos entre el asesino y alguna de las nueve víctimas mortales, vecinas de Múnich de distintas nacionales; ocho de ellas tenían entre 14 y 20 años y la más mayor, 45.