SITUACIÓN COMPLICADA PARA LA PRIMERA MINISTRA
El líder de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn, ha anunciado este lunes la presentación de una moción de censura contra la primera ministra, Theresa May, un procedimiento equivalente a una reprobación y muy distinto a una moción de censura contra el Gobierno, que provocaría un cambio de Ejecutivo o la convocatoria de elecciones en 14 días.
Corbyn ha indicado que considera "inaceptable" la decisión de May de posponer hasta la tercera semana de enero la votación en el Parlamento sobre el Acuerdo de Retirada de Reino Unido de la UE y ha presentado una moción de censura contra la persona de May por no permitir una votación inmediata.
"Está claro que es malo e inaceptable que tengamos que esperar casi un mes hasta poder votar una cuestión crucial para el futuro de este país", ha explicado Corbyn en su comparecencia parlamentaria. "La primera ministra ha rechazado obstinadamente que se vote en la fecha a la que accedió. Rechaza permitir una votación esta semana (...). Es inaceptable de cualquier forma que se mire", ha argumentado.
La moción concreta que votarán señala: "Esta Cámara no tiene confianza en la primera ministra debido a que no ha permitido a la Cámara de los Comunes votar sobre el Acuerdo de Retirada y el marco para la relación futura entre Reino Unido y la Unión Europea", ha señalado Corbyn, al tiempo que ha expresado su intención de formalizarla "de inmediato".
La fórmula de la moción de censura personal podría facilitar el voto contra May o la abstención de los rebeldes del Partido Conservador, que tampoco quieren facilitar el acceso de Corbyn al poder. Sin embargo, hasta los 'brexiters' más radicales se lo pensarán dos veces antes de apoyar la iniciativa, ya que supondría automáticamente su expulsión del grupo parlamentario y la imposibilidad de volver a presentarse como candidatos 'tories'. Tampoco está claro si May dimitiría en caso de ser reprobada por la mayoría de la Cámara de los Comunes.
Por el lado de los laboristas, la fórmula escogida supone que, si la moción sale derrotada, Corbyn no se sentirá obligado a apoyar un segundo referéndum sobre el 'brexit', ya que no se trataría de una moción para forzar un cambio de Gobierno o elecciones anticipadas. Otra cuestión procedimental fundamental es que, al no ser una moción de censura al uso, el Gobierno no tiene obligación de incluirla en la agenda de la Cámara de los Comunes de forma inmediata y podrían retrasar unos días su votación.