LA CIFRA OFICIAL DEL MUERTOS ASCIENDE A 30
La primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado que se destinarán 5 millones de libras (unos 5,7 millones de euros) a facilitar ayuda de emergencia a las víctimas del incendio del pasado miércoles en un edificio de 24 pisos de Londres. Su despacho oficial, en el 10 de Downing Street, precisó que la líder conservadora comunicó esta decisión cuando hoy visitó a algunos de los damnificados, tras ser criticada por no haber atendido ayer a las víctimas.
En un comunicado, May explica que ese capital es para "ofrecer el apoyo inmediato que necesitan las víctimas para cuidar de sí mismas y sus seres queridos" y se compromete a analizar "qué más hace falta". "Todos los afectados por esta tragedia deben saber que el Gobierno está aquí para asistirles en este terrible momento, y eso es lo que voy a hacer", afirma en la nota la jefa del gabinete, que previamente visitó a algunos de los perjudicados en una iglesia local.
La reina Isabel II y su nieto y segundo en la línea de sucesión, el príncipe Guillermo, acudieron también hoy al lugar del suceso, en el oeste de la capital, donde conversaron con residentes y voluntarios que atienden a los afectados. Al visitar la iglesia de Saint Clement, cerca de la calcinada torre Grenfell, May fue recibida con gritos de protesta de la multitud, que la tildó de "cobarde" por haber eludido a los vecinos el día anterior, cuando solo se encontró con los servicios de emergencia. Numerosos policías contenían a los indignados vecinos congregados fuera del templo, con pancartas en las que pedían la dimisión de la primera ministra conservadora.
Decenas de personas se manifiestan hoy ante el Ayuntamiento de Kensington y Chelsea, encargado del mantenimiento del bloque de protección municipal donde el miércoles se declaró un incendio que ha causado al menos 30 muertos. Los participantes piden respuestas al consistorio de mayoría conservadora, al que acusan de haber desoído durante años sus quejas sobre las insuficientes medidas contra incendios del edificio de 120 viviendas -muchas de ellas de protección oficial- y también de no atender adecuadamente a los supervivientes.
Construido en 1974, la fachada del bloque, con 120 apartamentos y en el que vivían entre 400 y 600 personas, fue rehabilitada en 2016 con un revestimiento exterior que, según el diario 'The Guardian', era la opción más barata e "inflamable". May ha encargado una investigación judicial para determinar las causas del incendio y posibles responsabilidades, mientras que la Policía ha advertido de que puede haber decenas de víctimas más, muchas de las cuales no podrán siquiera ser identificadas.
Aunque responsable del edificio, el Ayuntamiento del acomodado distrito de Kensington y Chelsea subcontrataba para su mantenimiento y gestión a unos administradores de fincas, la Organización de gestión de residentes de Kensington y Chelsea.