EL ESPÍRITU DE IBAR, ROTO
El hispano-estadounidense Pablo Ibar volvió a ser declarado culpable de tres asesinatos cometidos en Florida hace 24 años, cuando él tenía solo 22, los únicos de su vida en los que no ha estado preso por un crimen que dice no haber cometido.
El veredicto que le acerca de nuevo a la pena de muerte lo recibió con mayor entereza que sus familiares e incluso que sus abogados, según se vio en el tribunal de Fort Lauderdale (Florida), precisamente la ciudad donde Ibar nació en 1972.
Por haber vivido fuera de la sociedad tanto tiempo, poco se sabe de Ibar salvo que se casó en la cárcel con su novia de la adolescencia, Tanya Quiñones, hace 20 años y que tiene un padre, Cándido Ibar, que es un puntal para él, y un hermano menor, Michael, que tiene un negocio de transporte de camiones en Florida. También que todo por lo que ha pasado ha hecho de él una persona muy distinta a aquel joven alocado que andaba en compañías no recomendables en 1994.
El veredicto del jurado de este cuarto juicio retrotrae la situación al punto en el que estaba en el año 2000, cuando Ibar, tras dos juicios nulos por distintos motivos, fue declarado culpable y condenado a la pena capital.
Después de haber pasado casi 16 años en el 'corredor de la muerte', la Corte Suprema de Florida anuló la sentencia y ordenó celebrar un nuevo juicio, que es el que llega a su fin ahora. El jurado le ha encontrado culpable de los seis cargos que se le imputan, por homicidio, robo y robo a mano armada, y le corresponderá al juez Dennis Bailey decidir en febrero próximo si vuelve al 'corredor de la muerte' o se queda el resto de su vida en prisión.
La libertad está descartada para este hombre serio, siempre limpio y bien vestido y de semblante decidido, que acudía al tribunal cargado de carpetas y no paraba de hacer anotaciones. Ibar, que, además de la estadounidense, tiene la nacionalidad española desde 2001, ha contado en este juicio que tantas expectativas despertó en los que creen en su inocencia con la ayuda de una fundación en el País Vasco (España) que ha realizado campañas de recolección de fondos para pagar una defensa adecuada en Estados Unidos.
Ibar, hundido tras celebrarse el juicio
Los abogados de Ibar tenían esperanzas tras ver cómo había ido al juicio, pero ahora reconocen que sus opciones son mucho más difíciles y más lentas.
El abogado de Ibar es la única persona que ha podido hablar con él después de volver a la prisión. A su salida del penitenciario, reconoce ante las cámaras de Antena 3 Noticias que "su espíritu está roto" y que esto es "algo demoledor para él porque todas sus esperanzas y sueños dependían de este juicio".
Del juicio se han comentado muchos detalles, como el hecho de que el jurado no supiera que Seth Peñalver, quien fue condenado a muerte acusado de ser cómplice de Pablo Ibar, ganara una apelación y fuera exculpado. "No entiendo cómo se permite que el fiscal diga que yo soy el otro asesino cuando estoy libre porque he sido exculpado y el jurado no sepa eso", lamenta Peñalver.
Esta decisión del juez sobre qué datos conocía el jurado es lo que ahora da opciones a una apelación.
También se podrá alegar que el juez aceptó más jurados propuestos por la Fiscalía que por la defensa. "En este tipo de casos una alta proporción se gana en la apelación", dice Kevin Kulick, uno de los abogados de Ibar.
Por su parte, el español continuará en prisión y, según sus abogados, seguirá al menos otros cinco años en el mejor de los casos.