Elecciones EEUU
Nikki Haley y Ron DeSantis se atacaron desde el primer segundo de este debate en las primarias republicanas.
Ha sido el enfrentamiento más tenso y hostil. Nikki Haley y Ron DeSantis se atacaron desde el primer segundo de este debate en las primarias republicanas. Pocas referencias a Donald Trump, el favorito ausente. No participó en este debate, sabedor de la amplia ventaja que las encuestas le dan: un 34% frente al resto de precandidatos republicanos.
DeSantis y Haley se llamaron mutuamente mentirosos, descalificaron su currículum y el carácter del otro en los primeros minutos del debate. El gobernador de Florida, DeSantis, calificó a la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, de "política boba". Por su parte, Haley dijo que la campaña de DeSantis "está explotando". El gobernador de Florida, a su vez, dijo que Haley "tiene este problema con la podología balística y se pega un tiro en el pie cada dos días".
Además, DeSantis sacó a relucir su historial como gobernador de Florida, dando cumplimiento a todas sus promesas conservadoras. Y Haley adoptó un enfoque con visión de futuro.
Ucrania también estuvo presente en este debate. DeSantis dijo que Haley cree que "de alguna manera somos globalistas y tenemos recursos ilimitados". A lo que Haley respondió con una crítica fulminante al hecho de que, hasta la fecha, la campaña de DeSantis no haya estado a la altura de las elevadas expectativas.
Ni Haley ni DeSantis respondieron directamente a la pregunta sobre si Trump tiene el carácter para ser presidente. "Su forma de hacer las cosas no es la mía", dijo Haley. "No busco venganza. No tengo vendettas. No me tomo las cosas personalmente". DeSantis dijo que Trump no cumplió con sus promesas de construir un muro fronterizo y obligar a México a pagarlo, hacer que Hillary Clinton fuese enjuiciada, "limpiar el pantano" de Washington ni eliminar la deuda nacional.
Cada uno mostró sus marcadas diferencias sobre política exterior o el aborto. En lo que ambos coincidieron fue en que Trump debería haber estado en ese debate. Porque a esa misma hora, en otro canal de televisión, el expresidente se burlaba sobre a quién elegiría como candidato compañero.
El expresidente sabe que tiene una amplia superioridad para el caucus en Iowa, que se celebrará el 15 de enero. Una cita que se convertirá en un primer reflejo de lo que podría ser el resto de la contienda electoral por la presidencia. Varias encuestas dan a Donald Trump un promedio de 34,8% de ventaja sobre el resto de los precandidatos republicanos.
Una carrera por la presidencia que finalizará en septiembre. Republicanos y demócratas elegirán durante estos próximos meses al que se convertirá en su abanderado para competir por la presidencia. Iowa abrirá el calendario electoral en Estados Unidos. Luego, el 23 de enero, le tocará el turno a New Hampshire. Históricamente, con algunas excepciones, quien gana en ambos procesos, suele ganar la nominación presidencial.