Invasión rusa a Ucrania
Una familia española sigue con atención la guerra en Ucrania después de que su hija, nacida por gestación subrogada, haya quedado allí atrapada. Temen lo que pueda ocurrir en medio de esta incertidumbre.
A la hora de mencionar Ucrania, hoy día solo podemos acordarnos de la guerra. En España, la gestación subrogada está prohibida por ley y es considerada un delito si se realiza entre nuestras fronteras. Por ello, muchas familias recurren a otros países donde está legislada o, donde al menos, no está prohibida. Uno de esos países es Ucrania, al cual han acudido miles de españoles para tener hijos mediante esta técnica.
Las razones para recurrir a la gestación subrogada pueden ser muy diferentes, pero el punto general de encuentro en Europa suele ser Ucrania, muy especialmente entre las familias de España. Por ello, y al haber estallado la guerra, muchas familias que están esperando a sus hijos recién nacidos allí se preguntan ahora cómo van a poder dar con ellos y asegurarse de que estén bien.
Solicitudes de ayuda al Gobierno
Vanesa Martínez es una de esas mujeres que está esperando la llegada de su hija, que nació en la mañana del pasado sábado en Ucrania. Tal y como ha indicado en declaraciones a la agencia Europa Press, tanto ella como su familia temen "que llegue un momento en el que perdamos su rastro, no hemos podido registrarla ni mediante Ucrania ni mediante España".
La niña no tiene documentación alguna, puesto que ni tan siquiera tiene nombre, por lo que podría perderse en cuestión de horas o de días y ni tan siquiera podrían ir en su búsqueda. Al carecer de documentación de identidad por el momento, la niña no existe oficialmente, es decir, es como si no hubiera nacido, y por lo tanto, no se la pueden ayudar por ahora.
La única vía que se le ocurre a la familia es pedir un pasaporte al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, para acudir allí a salvar a la niña. Hasta que no sea registrada oficialmente, sea inscrita en algún registro y tenga la documentación que acredite su identidad, no podrá ser puesta a salvo. Porque, a efectos oficiales, no está inscrita en ninguna parte.