UN LIBRO LA RECOGE AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE
Miles de judíos llegaban hacinados al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau en los conocidos como 'trenes del horror'. Una vez dentro, perdían su identidad y pasaban a ser un número tatuado en su brazo.
Lale Socolov, un judío eslovaco, era quien se encargaba de marcar esas cifras en la piel de los prisioneros. Así conoció al amor de su vida, Gita, en medio del infierno.
"El trabajo os hará libres" es el mensaje que leían los prisioneros cuando llegaban allí. Pero fueron asesinados más de un millón y medio de personas. Al final de la Segunda Guerra Mundial, 7.500 personas fueron rescatadas con vida. Dos de ellas fueron Lale y Gita.
Ahora, Heather Morrir recoge su historia en el libro 'El tatuador de Auschwitz'. "Lale decía que solo tuvo suerte", afirma.
Los protagonistas de esta historia real escaparon de las cámaras de gas, de los caprichos sádicos de los nazis y de múltiples enfermedades pero no al desgarrador dolor del cautiverio.