Taiwán
Esta nueva incursión del Ejército de China en el espacio aéreo y marítimo taiwanés acrecenta las tensiones entre ambos países, especialmente críticas desde la visita de Nancy Pelosi
Las autoridades taiwaneses han informado de una nueva incursión en su territorio de fuerzas armadas del Ejército chino. En concreto, se ha registrado el despliegue de 33 aviones y 4 buques del Ejército Popular de Liberación, un movimiento que no hace sino acrecentar las tensiones que mantienen ambos territorios, especialmente delicadas desde la visita de Nancy Pelosi, Presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., a Taiwán el pasado agosto.
Las fuerzas taiwaneses han alertado de que, a partir de las 17.00 h (hora local) de este miércoles, varios aviones y buques de China han entrado en el espacio marítimo y aéreo de la isla. En concreto, nueve de los aviones han cruzado la llamada 'línea media' del estrecho de Taiwán: cuatro cazas J-11, cuatro J-16 y una aeronave antisubmarino Y-8.
Ante la incursión china, el Ministerio de Defensa de Taiwán ha enviado una patrulla aérea para supervisar la situación y ha emitido varios avisos por radio a las naves invasoras. Además, ha desplegado sistemas de misiles antiaéreos.
"Estados Unidos no abandonará a Taiwán"
Las medidas han sido preventivas, pero el ministro de Defensa, Chiu Kuo Cheng, ya ha declarado que Taipéi tomará medidas si el Ejército chino cruza la "línea roja". Esta "infiltración de aviones de guerra" de bandera china en el espacio aéreo de la isla la considera un "primer ataque", ha incidido, aunque no ha querido concretar las medidas que podría adoptar Taiwán como represalia.
Pekín condenó la visita de Pelosi
La tensión entre China y Taiwán se ha agravado a raíz de la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, el pasado mes de agosto. La estadounidense visitó el Parlamento taiwanés y se reunió con la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen.
Durante el encuentro, Pelosi prometió que "Estados Unidos no abandonará a Taiwán", unas palabras que Pekín, que condenó su visita, entendió como una señal de apoyo a las fuerzas independentistas de la isla.