370.000 miembros de la etnia musulmana rohinyá han huido a Bangladés
La Consejera de Estado y líder de facto del Gobierno birmano, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, no acudirá a la Asamblea General de la ONU, donde se debatirá sobre la situación de los rohinyá en Birmania, informan medios locales.
El vicepresidente, Henry Van Thio, acompañado por el consejero de Seguridad Nacional, Thaung Tun, liderarán la delegación birmana.
Desde el 25 de agosto, al menos 370.000 miembros de la etnia musulmana rohinyá han huido a Bangladés a raíz de la operación militar desplegada en respuesta al ataque contra puestos policiales perpetrado por un grupo de insurgentes rohinyás.
Al menos 414 personas, según cifras oficiales, han muerto en los combates y la contraofensiva militar, aunque el número real podría ser más abultado conforme aseguran organizaciones independientes.
Organizaciones no gubernamentales y en garantes de los derechos humanos han denunciado posibles violaciones de los derechos humanos cometidas por los soldados, a quienes se les achaca asesinatos, quemas de viviendas, saqueos y violaciones, entre otros.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, señaló que puede estar produciéndose una "limpieza étnica" contra los rohinyá, además de "posibles crímenes contra la humanidad", en Birmania.
Se estima que más de un millón de rohinyás vivían en el occidental estado Rakhine (antigua Arakán) víctimas de una creciente discriminación desde el brote de violencia sectaria de 2012, que causó al menos 160 muertos y dejó a unos 120.000 rohinyás confinados en 67 campos de desplazados.
Las autoridades birmanas no reconocen la ciudadanía a los rohinyás, ya que les considera inmigrantes bengalíes, y les impone múltiples restricciones, incluida la privación de movimiento.