EN BRISTOL, REINO UNIDO
Un empleado de una cadena de supermercados se negó a vender una caja de bombones con licor a una madre porque iba acompañada de su hija de 13 años.
Wendy Searle, de 35 años, iba acompañada de su hermana y su hija Mia cuando el supermercado se negó a venderles los bombones.
El cajero le pidió a Mia, la sobrina de Searle, que le enseñara el carnet de identidad para comprobar que era mayor de 18 años, pero al decirle que no lo tenía, el empleado no le vendió los bombones, recoge el Daily Mail.
La madre de la adolescente, Samii Needham, le explicó al empleado que los bobones no eran para la joven pero le respondió que no podía vendérselos porque en el grupo había una menor de 25 años. En ese momento le preguntaron qué ocurriría si su hermana hubiera ido a comprar con su hijo de cuatro años, a lo que el empleado respondió que se lo hubiera vendido.
Wendy Searle señala que la situación fue ridícula, pues más tarde decidió comprar ella sola los bombones, pero el empleado se volvió a negar.
"Vengo con mi hijo a hacer la compra semanal y a veces compro una botella de vino o algo de alcohol y nunca me lo han denegado", explica.