Suiza
Suiza ha legalizado la utilización de una cápsula creada a partir de una impresora 3D que hace capaz el suicidio asistido, donde la persona muere sin sentir apenas dolores.
El debate de la legalización de la eutanasia sigue dando que hablar en muchos países del planeta. Mientras algunos como España lo aprobaron en esta legislatura, hay otros países que no solo dan su visto bueno, sino que además ponen dispositivos de última tecnología a disposición de los pacientes para hacer más corto el final de su vida.
Eso mismo ha ocurrido en Suiza, donde se ha dado el visto bueno al uso de una máquina sumamente peculiar. Se trata de una cápsula, con diseño futurista incluido, que es de utilidad para el suicidio asistido de una forma indolora y permite a los pacientes fallecer de forma indolora, sin apenas notar los efectos de la enfermedad que padezcan y apagándose rápidamente.
La máquina sirve para que una persona pueda quitarse la vida por su propia cuenta. El oxígeno disminuye hasta que la persona que va a fallecer pierde la vida, sin que sus órganos lo noten y únicamente perdiendo la consciencia antes de dejar de respirar.
Diferencias entre eutanasia y suicidio asistido
La eutanasia está actualmente legalizada en muy pocos países del planeta, España entre ellos. El primer país en regularla fue Países Bajos, en el año 2001, seguido posteriormente por otros como Bélgica, Colombia, Luxemburgo, Canadá, Nueva Zelanda, y Australia en algunas de sus regiones, puesto que en algunas partes del país está prohibida.
La eutanasia implica que la persona pierde la vida gracias a otra que interviene en su muerte porque así se lo ha pedido, mientras el suicidio asistido, como es el caso de esta máquina, llamada Sarco, consiste en la proporción de un instrumento como es la propia cápsula, para que la persona pueda quitarse la vida por su propia cuenta sin la intervención de nadie.
Comúnmente, ambos términos son confundidos, pero no tienen nada que ver. Cierto es que la eutanasia es más nombrada a nivel nacional e internacional, ante la solicitud que hacen muchas personas ya gravemente enfermas para poner fin a su vida, y que, en algunos casos, ha sucedido de manera drástica por la tardanza en tramitarse dichas solicitudes.