TERCER ESCÁNDALO SEXUAL EN EL ÚLTIMO AÑO
""¿Quieres venir a descubrir una discoteca golfa en Madrid conmigo?", Strauss Kahn en un mensaje de móvil
La jueza de instucción Stéphanie Ausbart ha dado orden de prolongar la detención de Strauss-Kahn, que llegó esta mañana entre una nube de fotógrafos y periodistas a la comisaría de Lille para prestar declaración.
En teoría, las autoridades pueden prolongar este arresto hasta 96 horas, aunque, previsiblemente, la situación del antiguo responsable del FMI quedará resuelta antes. Tras los interrogatorios y deliberaciones, quedará en libertad o será puesto a disposición de un juez.
Las autoridades le acusan de "complicidad de proxenetismo" y "encubrimiento de abusos de bienes sociales" por el denominado 'caso Carlton', en el cual se investiga una red de prostitución que proporcionaba mujeres a clientes de este hotel de lujo en Lille.
El nombre de Strauss-Kahn aparecía como cliente de este establecimiento y también como posible integrante en fiestas con prostitutas en ciudades como París, Washington o Bruselas. La investigación se centra, en el caso de Strauss-Kahn, en saber si éste conocía que las mujeres implicadas en estas fiestas eran prostitutas que, además, estaban siendo pagadas a cuenta de la constructora Eiffage.
Strauss-Kahn dejó su cargo al frente del FMI el pasado mes de mayo cuando fue acusado en Nueva York de abuso sexual e intento de violación por Nafissatou Diallo, una empleada del hotel en el que estaba alojado, si bien finalmente los cargos en su contra fueron desestimados.
Al volver de Nueva York tuvo que prestar declaración en otra investigación por la denuncia presentada en su contra por la periodista y escritora Tristane Banon, quien también le acusaba de intento de violación. Tres días después de que la Policía francesa diera por concluida esta investigación, el 13 de octubre, su nombre volvió a surgir en el caso de la red de prostitución de Lille.
La ley francesa no pena la relación prostituta-cliente
El código penal francés no castiga la relación prostituta-cliente, pero DSK tendrá que explicar por qué aceptó la generosidad de los próxenetas y empresarios y si pagó con dinero público o favores políticos unos servicios que costaban entre 500 y 2.500 euros. Por ahora, su tesis la avalan varios presuntos implicados de la trama.