Disturbios en Ecuador
Los disturbios en Ecuador por la eliminación de los subsidios a los combustibles llegaron este viernes a niveles inusitados desde que comenzaron hace nueve días, por lo que los indígenas que dirigen la movilización rechazaron el ofrecimiento del presidente, Lenín Moreno, de sentarse a dialogar.
Los alrededores de la Asamblea Nacional volvieron a ser el centro de los enfrentamientos entre la Policía y los miles de miembros de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) llegados a la capital desde distintos puntos del país con la intención de tomar las sedes de los poderes del Estado.
Para esta jornada se habían reforzado en número con la llegada a Quito de grupos de la región amazónica del país, la más lejana a la ciudad.
Desde antes del mediodía y hasta entrada la noche, las escaramuzas se sucedieron en el centro de la ciudad, que volvió a ser el escenario de la tensión tras la improvisada tregua del jueves por el funeral de Inocencio Tacumbi, líder indígena fallecido durante las protestas que ya se han cobrado al menos cuatro vidas.
Se registraron heridos por ambos bandos, sin que ninguna autoridad ofrezca todavía una cifra concreta que se sume a los cientos de lesionados que se registraron en los días pasados.
Una nube de gas lacrimógeno rodeó la asamblea
Hasta en dos ocasiones las fuerzas de seguridad llenaron de gas lacrimógeno los exteriores de la sede del Poder Legislativo ecuatoriano, lo que provocó estampidas de los manifestantes, que respondieron con cócteles molotov y lanzacohetes caseros hechos con un tubo y artefactos pirotécnicos.
En la primera, las fuerzas de seguridad mantuvieron a raya a los indígenas y horas después hubo aparentemente un acuerdo para que estos se acercasen y rodeasen de manera pacífica la Asamblea, lo que fue considerado como una victoria histórica por sus dirigentes.
Así, los manifestantes llegaron a concentrarse de manera multitudinaria a escasos metros del Legislativo pero, sin aparente aviso, los policías volvieron a la carga y convirtieron la plaza en una gran nube de gas lacrimógeno, apoyados por un helicóptero que aterrizó para presuntamente abastecerles.
"Incomprensible violencia hacia el pueblo ecuatoriano, gran cantidad de heridos por la violencia represiva. Alertamos de estas violaciones a los derechos humanos", advirtió la Conaie.
No habrá diálogo sin vuelta a subsidios
Antes de ese segundo episodio, Moreno ofreció por primera vez desde que se inició este conflicto diálogo a los indígenas para tratar directamente el decreto 883 que eliminó los subsidios a los combustibles, algo a lo que hasta el momento se había negado en rotundo.
"Hago un llamado a los dirigentes a dialogar directamente conmigo. (...) Pongamos en nuestras manos la solución de las diferencias", deseó Moreno con un tono directo, aunque alejado de la vehemencia que destiló en su anterior pronunciamiento del domingo.
La respuesta de la Conaie no se hizo esperar y anticipó que no se sentará a conversar ni siquiera con el presidente si antes no repone los subsidios, que han elevado repentinamente los precios de los combustibles en todo el país, y cesa a los ministros de Gobierno (Interior), María Paula Romo; y de Defensa, Oswaldo Jarrín.
Poco después se hizo público un comunicado donde la Conaie se abría al diálogo, pero este fue calificado de falso por el presidente de la organización, Jaime Vargas.
Correa insta a las Fuezas Armadas a rebelarse
Desde Bruselas, el expresidente Rafael Correa tampoco perdió la oportunidad de atizar en redes sociales al Gobierno, al que calificó de "acabado", volvió a llamar "traidor" a Moreno, quien fue su exvicepresidente, y alentó a las fuerzas armadas a acogerse a la objeción de conciencia para actuar contra la población.
La intervención de Correa también fue rechazada por los indígenas por su "oportunismo descarado" y le recordó que durante sus diez años como presidente (2007-2017) las fuerzas del orden también mataron a los suyos en conflictos sociales.
Al mismo tiempo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, expresó este viernes su apoyo a Moreno "en sus esfuerzos para institucionalizar prácticas democráticas y aplicar reformas económicas" acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para una línea de crédito de 10.000 millones de dólares.