EN MINNESOTA
"Siento como si estuviera volando", estas fueron las primeras palabras de una mujer al respirar por primera vez tras someterse a un trasplante de pulmón en la Clínica Mayo en Rochester, en Minnesota. Jennifer Jones, de 30 años, sufría una fibrosis quística, un trastorno genético con una tasa de esperanza de vida de 37 años, que había reducido su función pulmonar al 10%.
Su novio Robert Ronnenberg, de 38 años, captó el impresionante momento en el que Jennifer probaba los 'nuevos' pulmones después de la cirugía. El vídeo, publicado en Youtube, se ha vuelto viral con más de un millón de reproducciones.
Cuando era niña, Jennifer se sometió a pruebas de fibrosis quística, un trastorno progresivo que conduce a la acumulación de moco de los pulmones y, con el tiempo, bloquea las vías respiratorias. Los resultados dieron negativo, según publica Daily Mail. "A lo largo de su vida tuvo problemas para respirar y tuvo una tos muy frecuente, que los médicos diagnosticaban como asma o alergias", cuenta su novio.
En 2007, el segundo hijo de Jennifer, Wes, se sometió a pruebas de múltiples enfermedades y los médicos descubrieron que era portador de esta enfermedad. Mientras explicaba los resultados de su hijo, el doctor notó las frecuentes toses de Jennifer y le ofreció someterse nuevamente a la prueba.
Jennifer finalmente fue diagnosticada con fibrosis quística que generalmente se diagnostica antes de que se cumplen los dos años. En los años posteriores a su diagnóstico, la joven tomó medicamentos diarios, tuvo tratamientos de respiración y estancias en el hospital una o dos veces al año para tratar de mantener su salud el mayor tiempo posible.
Su condición dio un giro dramático a finales de octubre de 2016 cuando le recetaron oxígeno a tiempo completo. Por ello, en junio de 2017, la incluyeron en la lista de donantes de pulmón. Fue en octubre de ese mismo año cuando la comunicaron que había una par de pulmones para ella.
Después de la cirugía, Robert decidió grabar el momento en que la retiraban el tubo de respiración. En el vídeo, ella se muestra aprensiva cuando el médico comienza a quitar la cinta que sujeta el tubo. "Me sentí como si estuviera volando. Pensé que estaba allí arriba y no pude respirar lo suficientemente profundo y fue increíble", cuenta.
Cuatro meses después del trasplante, Jennifer está totalmente recuperada. "Puede mantener conversaciones sin detenerse para coger aliento y puede lavarse la cara en la ducha sin tener miedo del agua porque no puede contener la respiración", asegura Robert.