¿CONDENAS ABSURDAS O EJEMPLARIZANTES?
Tras un acto poco cívico, hay jueces que aprovechan la imposición de sentencias para dar lecciones de vida.
Son muchos los países en los que se dictan sentencias curiosas. En Misouri, Estados Unidos, un juez ha condenado a un cazador, por matar centenares de ciervos en tres años, a un año de prisión y ver el clásico de Disney, 'Bambi', una vez al mes. ¿El motivo? Procurar que el el dolor del cervatillo solitario ablande el corazón del sentenciado.
También tenemos el caso de una mujer que no cedió el paso a un autobús. Su condena, sujetar un cartel con el mensaje "Solo un idiota conduciría por la acera para adelantar al autobús escolar".En el caso de un psiquiatra que robó fondos de varias universidades, su sentencia se centró en tener que tocar el piano para ancianos indigentes.
Por molestar a los vecinos con un rap "machacón" en el coche , el juez le impuso música de Bethoven para rebajar la multa, el joven no aguantó ni 15 minutos.
En nuestro país el juez de menores, Emilio Calatayud, es maestro en sentencias ingeniosas como condenar a un menor que robó en una peluquería a aprender a cortar el pelo.
Sentencias que se convierten en lecciones de vida.