CONDENADA A SIETE AÑOS DE PRISIÓN
Un 'selfie' ha sido la prueba fundamental para resolver un asesinato cometido hace dos años. El cadáver de Brittney Gargol, de 18 años, apareció en una carretera cercana al vertedero de Saskatoon, Canadá, en 2016 con síntomas de estrangulamiento. Desde entonces las autoridades han mantenido una intensa investigación para desenmascarar al autor.
La noche del asesinato Brittney salió de fiesta con su mejor amiga Cheyenne, la asesina confesa del crimen. Las jóvenes estuvieron bebiendo y según ha relatado Cheyenne tuvieron una fuerte discusión. Aunque en un primer momento, Cheyenne dijo que ambas entraron en un pub y Brittney se fue con un hombre, los investigadores pudieron comprobar revisando las grabaciones de seguridad que no llegaron a entrar en el bar.
La clave de esta investigación la aportó un 'selfie' que las chicas se hicieron esa misma noche. En la imagen se puede ver que Cheyenne lleva puesto un cinturón que las autoridades creyeron desde el principio era el arma del crimen y de hecho, apareció junto al cuerpo de Brittney.
Al mostrarle las pruebas a Cheyenne, la joven acabó confesando. Ella asegura que no recuerda haber estrangulado a su amiga hasta la muerte, pero según recoge CBC News no niega que la haya matado.
Inicialmente fue acusada de asesinato en segundo grado, pero tras declararse culpable se le acusó de homicidio involuntario y se le ha condenado a siete años de cárcel.