México
El caos y la destrucción reinan en esta turística ciudad mexicana, desbordada por la tragedia que ha provocado el paso del huracán Otis.
El Gobierno de México elevó este sábado a 39 el número de muertos, además 10 desaparecidos, por el huracán Otis, que tocó tierra el miércoles como categoría 5 en la ciudad de Acapulco, al sur del país, y que se intensificó en unas horas para convertirse en uno de los ciclones más potentes en la historia del Pacífico.
Acapulco se enfrenta a un desastre de terribles dimensiones. Las viviendas afectadas hasta ahora eran 220.035 y continúa la evaluación. La ciudad balneario por excelencia de la costa norte mexicana ha quedado arrasada, presentando un estado catastrófico y desolador.
Los acapulqueños llevan tres días viviendo bajo mínimos y a la espera de una ayuda de las autoridades tan necesaria como, por el momento, inexistente. Y en esta situación los negocios han comenzado a sufrir una nueva calamidad: El instinto de supervivencia ha comenzado a provocar que se multipliquen los saqueos en comercios y en grandes superficies.
Agua, alimentos y medicinas son los productos más buscados, pero del pillaje tampoco se salvan los concesionarios de coches y los cajeros bancarios. Además, a población pide ayuda al Gobierno Federal para que resuelva un nuevo peligro: el de la descomposición de los cuerpos de los fallecidos por el huracán que descansan en plena calle.
López Obrador, presidente del país, dijo que "es importante que la población conozca lo que sucedió y lo que el Gobierno está haciendo ante esta emergencia" y aprovechó para fustigar a los opositores a su gobierno.
El reporte de víctimas ha sido lento luego de que las autoridades no han llegado a todas las zonas afectadas por el huracán y de que prácticamente toda la Costa Sur de Guerrero quedara incomunicada por cerca de 24 horas tras el impacto de Otis, que en menos de 12 horas pasó de ser tormenta tropical a huracán categoría 5, una intensificación histórica.
El sector hotelero presenta daños en 80% de sus instalaciones y el sector eléctrico tiene fuera de servicio 37 líneas de transmisión, 26 subestaciones eléctricas, una central de generación y 10.000 postes de luz caídos.
El 80% de los hoteles y el 95% de los comercios no podrán recuperar su actividad hasta dentro de unos meses. Una situación insostenible para una ciudad que vive fundamentalmente del turismo.