INVESTIDURA
El nuevo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ofreció a las FARC diálogo a cambio de que entreguen las armas y renuncien al secuestro, y dijo que una de sus prioridades será reconstruir las relaciones con Venezuela y Ecuador, rotas durante el Gobierno de su antecesor, Álvaro Uribe.
Santos fue investido como el 59 presidente de la historia republicana de Colombia en una ceremonia al aire libre celebrada en la plaza de Simón Bolívar, en el centro de Bogotá, desde donde posteriormente caminó junto a su familia hasta la Casa de Nariño, su nueva residencia y sede del Ejecutivo.
El mandatario estuvo acompañado durante la ceremonia por 5.000 invitados, entre ellos una veintena de altas personalidades entre jefes de Gobierno, de Estado, vicepresidentes y ministros de Exteriores, además del Príncipe Felipe de Borbón, en representación de España.
Tras jurar respetar la Constitución, se dirigió, ante sus invitados, a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la más antigua guerrilla de América, para ofrecerles diálogo y acabar con el conflicto armado que desangra al país hace 40 años.
Pero les puso condiciones: "la renuncia a las armas, al secuestro, al narcotráfico, a la extorsión, a la intimidación".