Unión Europea
La Comisión Europea alerta de un incremento significativo de los ataques híbridos contra la Unión Europea. Rusia y Bielorrusia lanzan olas de migrantes contra las fronteras comunitarias.
Está ocurriendo en las fronteras de Polonia, Finlandia, Letonia y Lituania. Todas tienen algo en común: son limítrofes con Rusia y Bielorrusia, los dos actores estatales que están atacando a la UE con técnicas híbridas.
La vicepresidenta de la Comisión Europea para temas de seguridad, Henna Virkkunen, ha presentado un plan para hacerle frente. Asegura que “Moscú y Minsk están organizando a los migrantes en las fronteras para intentar desestabilizar nuestras sociedades, eso no lo podemos aceptar. Un ataque contra un estado miembro es un ataque contra toda la Unión Europea”.
Bruselas ha calculado que en 2024 las llegadas irregulares a la frontera entre Polonia y Bielorrusia han aumentado en un 66 % respecto al año anterior. Pero hay un dato determinante: el 90 % de los migrantes que cruzan ilegalmente desde allí tienen un visado ruso de estudiante o turista, lo que prueba que la mano de Moscú está detrás.
Fuentes comunitarias reconocen que, aunque Rusia lleva varios años repitiendo este tipo de actos, “lo que vemos ahora tiene carácter grave y persistente en la frontera oriental de la UE”. Además, hay una preocupación añadida, ya que aseguran que las autoridades del Kremlin “les proporcionan a los migrantes distintos objetos para agredir con violencia a los guardias de fronteras. “Hemos subido un escalón en la escala de gravedad de la amenaza, esto es un uso de la migración como arma”, concluyen de manera tajante en los despachos de Bruselas.
La Comisión ha explicitado un apoyo absoluto para los países afectados. Deben tomar todas las medidas excepcionales que necesiten para defenderse. Una de ellas, podría ser una limitación temporal del derecho de asilo por motivos de seguridad nacional, una decisión que Bruselas reserva solo para casos extremos. Eso sí, la Comisión pide que esas medidas sean “temporales, proporcionadas, para casos muy definidos y respetando la legalidad internacional”.
La vicepresidenta Virkkunen ha anunciado una partida de 170 millones euros adicionales para la gestión de esas fronteras, para que los estados puedan “modernizar sus equipos vigilancia electrónica, mejorar sus redes de telecomunicaciones, desplegar equipos de detección móviles o combatir incursiones de drones”.
La UE sabe que se enfrenta a una situación excepcional. Rusia y Bielorrusia se aprovechan de las personas migrantes para cometer actos hostiles. Se han embarcado en una guerra híbrida para desestabilizar las sociedades europeas y poner en peligro la integridad del espacio Schengen.
La presidenta Ursula Von der Leyen ha calificado estas acciones como inaceptables. Y pone el foco en los 1.340 kilómetros de frontera que Finlandia comparte con Rusia, un auténtico reto en el que la seguridad de toda la Unión está en juego.
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