Guerra en Ucrania
Rusia lleva dos años usando el sistema de reconocimiento facial para detener a opositores políticos y activistas. Ahora ha iniciado una campaña en primavera para reponer sus tropas en la guerra en Ucrania.
Rusia ha anunciado que utilizará las cámaras de videovigilancia para localizar a posibles reclutas. El objetivo es intentar reducir la deserción en sus filas.
Moscú lleva dos años usando el sistema de reconocimiento facial para detener a opositores políticos y activistas de los derechos humanos. Es un sistema que fue implantado usando de excusa la pandemia del coronavirus y que ahora se utilizará para dar caza a aquellos que no se presenten en el cuartel para ir a la guerra.
Así lo ha anunciado el comisario militar jefe de la capital rusa, Maxim Lóktev. Uno de los principales motivos para no acudir a las oficinas de reclutamiento es un domicilio diferente al lugar de empadronamiento, donde llega la citación para cumplir con el servicio militar.
El presidente ruso, Vladímir Putin, promulgó una ley que persigue a los hombres en edad de combatir que no quieren servir en el Ejército, sean reclutas o reservistas. La ley prohíbe abandonar el país a los llamados a filas desde que reciban la notificación hasta que se presentan en la oficina de reclutamiento.
Una vez hayan sido notificados, tienen un plazo de dos semanas para presentarse. En caso de no acudir se le restringirá provisionalmente la posibilidad de abrir un negocio, el permiso de conducir, comprar inmuebles o solicitar un crédito bancario.
Nueva campaña de reclutamiento
Rusia ha iniciado una campaña en primavera para reponer sus tropas en la guerra en Ucrania. Los anuncios prometen primas en efectivo y beneficios. Las oficinas de reclutamiento trabajan con universidades y agencias de servicios sociales para convencer a estudiantes y desempleados.
La movilización de 300.000 reservistas en septiembre sembró el pánico en el país debido a que la mayoría de los hombres menores de 65 años forman parte de la reserva. Decenas de miles de personas huyeron en lugar de presentarse en las oficinas de reclutamiento.
El anuncio añadía que el soldado también obtendría exenciones fiscales y en devolución de préstamos, sus hijos tendrían preferencia en admisiones universitarias y habría compensaciones generosas para su familia si resultaba herido o moría en combate.