Rusia
La medida constituye parte de la política del Kremlim para aumentar la natalidad.
Putin quiere implantar una nueva medida que, de hacerse realidad, podría acarrear cierta controversia. Se trata de multas de hasta 50.000 euros a cualquiera que defienda en público no tener hijos. Además, si es un extranjero, será deportado. Es parte de la política del Kremlim para aumentar la natalidad. No tener descendencia no es un derecho en Rusia. El Gobierno solo plantea tres excepciones: por razones religiosas, médicas, o en caso de violación.
La Duma Estatal, la Cámara baja del Parlamento ruso, está preparando este proyecto de ley por el que las autoridades impondrán dichas multas por apoyar "la negativa a tener hijos". Se trata de una medida que afecta a cualquier momento de la vida, desde lo que puede ser cualquier conversación normal hasta libros o películas, y supone una amenaza grave para el movimiento feminista ruso.
Hay al menos 11 regiones que ya han dado el paso de manera individual, pero el Gobierno ha pedido una "revisión significativa" de la reforma al considerar que aumentará el gasto público y diferentes aspectos como que puede incrementar la mortalidad de las madres al recurrir a operaciones clandestinas. Los diputados también abordan reducir de 12 a 9 semanas el plazo límite para abortar.
Una de las propuestas del régimen de Putin, en su intento de buscar formas creativas de impulsar su población, es la de "procrear durante los descansos" en el trabajo. Se trata de un plan que se ha propuesto después de que Putin llevara a cabo una demanda urgente de aumentar el número de personas que tienen bebés. Con esto, el personal podrá llevar a cabo la medida durante sus pausas para el almuerzo y el café con tranquilidad. A los jefes ya se les ha comunicado que deben fomentar todas las salidas al mediodía.
El médico ruso Yevgeny Shestopalov presiona para que se pueda implementar el plan, al verlo como "una manera de acabar con las "excusas poco convincentes". "Estar muy ocupado en el trabajo no es una razón válida, sino una excusa poco convincente". "El destino de Rusia depende de cuántos seamos", ha dicho alguna vez Putin. Además, califica el gran esfuerzo para tener más bebés como una "cuestión de importancia nacional".
Este programa de sexo en el trabajo es solo una de las muchas iniciativas en Rusia dirigidas a las mujeres y las parejas. En Moscú, a las mujeres de entre 18 y 40 años se les recomienda asistir a controles de fertilidad gratuitos para evaluar su "potencial reproductivo".
Se espera que la población de Rusia experimente una preocupante caída en picado durante los próximos 25 años. Lo que estiman las proyecciones es que los 144 millones de habitantes que Putin controla actualmente se reducirán a menos de 130 millones en el año 2050. Los críticos consideran que la invasión de Ucrania por parte de Putin es la responsable de la disminución de la tasa de natalidad.
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