"Rusia no tiene nada que ver"
El Gobierno de Rusia ha convocado al embajador de Reino Unido para expresarle su malestar por las acusaciones vertidas por la primera ministra, Theresa May, a raíz del ataque con gas nervioso sufrido en la localidad inglesa de Salisbury por el exespía Sergei Skripal y su hija, que se encuentran en estado crítico.
"Ya hemos dicho que es un disparate y es que Rusia no tiene nada que ver con ese caso", ha zanjado este martes el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, que ha ofrecido la colaboración de Moscú para investigar el caso, según informa la agencia de noticias Sputnik. Lavrov ha negado que las autoridades británicas hayan presentado pruebas que apunten a la mano rusa, al tiempo que ha reprochado la ausencia de una solicitud formal de aclaraciones que Reino Unido estaría "obligado a presentar" conforme a la Convención sobre Armas Químicas.
Según una nota de Exteriores, sin esta prueba "todas las declaraciones de Londres no tienen sentido" y suponen "otro intento sucio de las autoridades británicas de desacreditar a Rusia". Así, Moscú ha advertido de que "ninguna amenaza de sanciones contra la Federación Rusa quedará sin respuesta". El embajador de Reino Unido en Rusia, Laurie Bristow, se ha limitado a trasladar en su reunión con el viceministro de Exteriores, Vladimir Titov, los puntos que ya expresó el martes la primera ministra británica, según ha explicado el propio diplomático al término del encuentro.
May dio a Rusia dos días de plazo para dar una explicación "creíble" sobre el envenenamiento del exagente Skripal y su hija, Yulia, tras apuntar que Moscú es "muy probablemente" el responsable. "Está claro que han sido envenenados con un agente nervioso militar del tipo desarrollado por Rusia", aseguró la 'premier' británica ante la Cámara de los Comunes. May reunirá el miércoles al Consejo de Seguridad Nacional británico con vistas a estudiar los "próximos pasos", por lo que hasta entonces Londres ha optado por no especular sobre las medidas que podría adoptar contra Rusia en caso de que dé por válida la versión preliminar con la que trabaja.
El ministro de Exteriores de Reino Unido, Boris Johnson, ha agradecido este martes "la voluntad de los amigos" que han querido expresar su solidaridad a Londres tras este controvertido caso. Estados Unidos y la UE figuran entre estos apoyos, que se han evidenciado con conversaciones telefónicas y declaraciones. El presidente norteamericano, Donald Trump, tiene previsto hablar con May este mismo martes y, por el momento, ha dejado en manos de Reino Unido la carga de la prueba. "En cuanto tengamos todos los hechos, si estamos de acuerdo con ellos, condenaremos a Rusia a quien haya podido ser", ha dicho en declaraciones a los periodistas.
Los hechos se remontan al 4 de marzo, día en que la Policía británica encontró inconscientes a Skipral y su hija junto a un centro comercial de Salisbury. Conforme han ido pasando los días, ha trascendido que se trata de un antiguo espía doble que colaboró para el MI6 británico mientras servía para las Fuerzas Armadas rusas.
Los ecos del caso han llegado a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), donde su director general, Ahmet Uzumcu, ha condenado el envenenamiento y ha dicho que es "extremadamente preocupante" que se sigan usando "agentes químicos" para herir a personas. "Los que sean responsables de esto deben rendir cuentas por sus acciones", ha afirmado Uzumcu, en su intervención de este martes ante el Consejo Ejecutivo de la OPAQ, en La Haya, según ha contado el embajador británico ante el organismo, Peter Wilson.
Wilson ha expuesto ante el Consejo General de la OPAQ que este incidente no solo es un "crimen" contra el exespía ruso y su hija Yulia sino "un acto indiscriminado y temerario" contra Reino Unido que ha puesto "en riesgo" las vidas de "civiles inocentes". "La dura conclusión es que es altamente probable que Rusia, un país miembro del Consejo sobre Armas Químicas, está implicado en el uso de armas químicas, ya sea por fallo al control su material o por voluntad propia", ha afirmado.
Rusia ha pedido en este mismo foro a Reino Unido que solicite a la OPAQ un análisis independiente del ataque, mientras que el Ministerio de Industria y Comercio ha insistido en que el cien por cien de las reservas de armas químicas han sido destruidas, según Sputnik.