ASEGURAN QUE REDUCEN EN COSTES
Es la hora de comer en Pekín. Entramos en un
restaurante bastante peculiar. Lo primero que llama la atención es la
ausencia de camareros. La comida se pide
y se paga a través del teléfono móvil. Los clientes aseguran que es muy
práctico, puesto que no hay que esperar para pedir el menú.
La cocina es el único lugar donde hay
personas. Ellos son lo encargados de preparar los platos. El gerente asegura que el ahorro de personal,
les permite ofrecer precios mucho más baratos.
No es el único local de estas
características ya que, también en China, hay un restaurante donde una máquina elige el
menú de sus clientes escaneando sus caras.