Vuelo MH17 de Malaysia Airlines
Tres hombres han sido declarados culpables por el derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines sobre Ucrania el pasado 17 de julio de 2014 y se enfrentan a una condena de cadena perpetua.
El 17 de julio de 2014, 298 personas, incluidos 80 niños y 15 tripulantes, subieron a bordo del vuelo 17 de Malaysia Airlines con destino a Kuala Lumpur en el aeropuerto Schiphol de Ámsterdam. El avión volaba a unos 10.000 metros sobre Ucrania. Eran los primeros días de la invasión rusa a Crimea cuando trataban de afianzar la conquista. El avión fue derribado por un misil, lo cual provocó la muerte de los 283 pasajeros y los 15 miembros de la tripulación. Cayó derribado sobre el este de Ucrania, supuestamente por separatistas prorrusos, que habrían utilizado un misil proporcionado por el ejército de Putin, según la Fiscalía neerlandesa.
Ahora, la propia justicia neerlandesa ha confirmado que el avión fue derribado por un misil de origen ruso. Aquel fatídico día, casi 300 personas perdieron la vida en lo que fue considerada una de las mayores tragedias aéreas de la historia. Los condenados son dos rusos y un ucraniano, mientras que otro individuo ruso ha resultado finalmente absuelto. Ahora, los condenados se enfrentan a una pena de cadena perpetua por su implicación.
Este crimen fue la antesala de una escalada de tensiones entre Europa y Rusia. Cinco meses antes, la calle había logrado forzar la caída del presidente Viktor Yanukóvich, presidente ucraniano con tendencias prorrusas, y la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia, realizada apenas un mes después de la caída de Yanukóvich, que huyó a Donetsk, región controlada por los separatistas prorrusos, y denunciando un golpe de Estado contra él.
La prueba definitiva de la cruda guerra en Ucrania
El día de la tragedia, el presidente estadounidense Barack Obama, dijo que había ´evidencia´ de la responsabilidad de los rebeldes prorrusos y funcionarios de inteligencia de los Estados Unidos afirmaron que había sido provocado por un misil tierra aire del sistema de defensa aérea de los independentistas del Donetsk, la región donde se había refugiado Yanukóvich cuatro semanas atrás para impedir que las autoridades ucranianas le capturaran.
Desde Países Bajos también culparon a un misil lanzado por milicianos prorrusos, quienes, por su parte, aseguraron no poseer armas capaces de destruir el avión. Asimismo, el Gobierno ucraniano responsabilizó al Gobierno ruso y viceversa. El gobierno ruso negó estar involucrado en el derribo, y su versión ha sido cambiante y contradictoria con el tiempo. El Ministerio de Defensa ruso aseguró que las acusaciones ucranianas eran absurdas y que Ucrania disponía de 27 sistemas de misiles Buk M1 al noroeste de Donetsk que podrían haber atacado al avión por situarse dentro del rango de su alcance.
Como resultado del incidente, más de una decena de líneas aéreas suspendieron temporalmente sus vuelos sobre el espacio aéreo ucraniano. Algunas compañías también anunciaron modificaciones de las rutas que implicaban sobrevolar Ucrania. La zona en la que cayó el avión, un lugar invadido por Rusia en el año 2014, se ha convertido ahora en una de las zonas clave en la denominada ´operación especial´ rusa en Ucrania. Aquel ataque con misiles a un avión civil fue el primero de los crímenes de guerra conocidos en aquel país antes de que las denuncias contra las atrocidades del ejército de Putin se convirtieran en una realidad casi diaria. Familiares de las víctimas aseguran que, si el mundo hubiera reaccionado de forma más contundente ante el derribo de un avión civil sobre suelo ucraniano y se hubiera tomado una postura más dura contra Rusia, la actual invasión de Ucrania podría haberse evitado.