Encontrados gracias a sus gritos
Acaban de bombardear el barrio de Ain Tarma a las afueras de Damasco. Los gritos conducen hasta una casa en la que dos pequeños están atrapados. Un niño de unos 5 años, con la cara ensangrentada, aparece entre los escombros. Sus llantos son desgarradores. Varios hombres tratan de retirar las piedras que sepultan su cuerpo.
A solo unos centímetros hay otro pequeño, parte de la pared ha caído sobre su espalda. Tras unos minutos frenéticos consiguen liberarlos. Rodeados de destrucción y sin apenas poder ver corren para llevarlos hasta el hospital.
Es el día a día desde hace siete años en Siria. Sobrevivir a una guerra que ha dejado más de 470.000 muertos y millones de desplazados.
Estados Unidos ha acusado al presidente Al Assad de estar preparando un nuevo ataque químico. En el del pasado mes de abril murieron más de 100 personas. Entre ellas decenas de niños. Washington respondió bombardeando una base aérea del gobierno. Ahora advierte: si se repite pagarán un alto precio.