Guerra Rusia y Ucrania
La guerra en Ucrania no cesa y algunos de los ucranianos que todavía no habían podido salir del país tratan de hacerlo, otros sufren los bombardeos muy de cerca.
La guerra en Ucrania continúa desde que aquella madrugada del 24 de febrero los bombardeos por parte de Putin comenzaran a producirse en el país provocando una situación de caos y miedo.
Tantos días después desde el inicio de la guerra, hay muchos ciudadanos que siguen intentando salir del país para ponerse a salvo, son muchos los que rompen a llorar cuando pisan suelo seguro y los que se abrazan al primer voluntario que encuentran, es el caso de los últimos evacuados de Irpin, al noroeste de Kiev, que se ha convertido en símbolo de la resistencia ucraniana y donde la batalla con los rusos ha terminado, aunque ha dejado un rastro de muerte y destrucción que quedará en la historia siendo difícil de olvidar.
"La situación es horrible, nuestras calles y casas están destruidas, lo han bombardeado todo. Nuestros vecinos fueron asesinados, vimos cadáveres tirados por la calle", relata Valentina, recién salida de Irpin.
También en Kiev, el ejército ucraniano ha logrado recuperar un barrio de la ciudad después de una dura batalla que los vecinos han vivido: "iban casa por casa, forzando las puertas. Mi mujer, que es muy valiente, les dejó muy claro que no se llevarían nada" explicaban.
Además, varias unidades del Kremlin se han replegado hacia Bielorrusia y hacia el este de Ucrania abandonando, entre otras posiciones, Chernóbil y los alrededores de la capital. Aún así, todavía se producen refriegas, "se están retirando sí, pero la situación que dejan es catastrófica y muy peligrosa. Primero, los bombardeos pueden repetirse y segundo están minando todo el territorio; casas, caminos, incluso los cuerpos de los fallecidos".
Desolación en Járkov
Al este, en la región de Járkov, la situación es desoladora, podemos ver las imágenes en las que un voluntario ucraniano muestra cómo ha quedado la zona y comenta que "tras el bombardeo aéreo ya no hay donde vivir, las calles han quedado totalmente destruidas". El hospital, por el momento, ha resistido a la ofensiva, pero los sanitarios no tienen prácticamente tiempo para atender a todas las víctimas, "tengo cortes en la cara, también mi estómago, mis brazos, he perdido varios dedos".
Además, Yulia cuenta cómo fue atacado el autobús en el que viajaba: "viajábamos unos veinte civiles, hemos sobrevivido catorce" explica.