Francia
El pequeño estaba con sus abuelos en el momento de su desaparición hace ya más de 4 meses en la Provenza. Francia no cesa en su intento de localizar a Émile.
Francia sigue consternada por la desaparición de Émile, el niño de dos años y medio que lleva más de cuatro meses en paradero desconocido en Le Haut-Vernet, en la Provenza. Sin embargo, los investigadores no se rinden y el pasado 7 de noviembre se realizaron registros en una treintena de casas, incluyendo la primera y la segunda vivienda de sus abuelos maternos.
Los abuelos de Émile, quienes se encargan de sus cuidadanos, estaban con el pequeño en el momento de su desaparición, de ahí el registro de su domicilio principal, en La Bouilladisse, así como su otra vivienda, en Le Haut-Vernet. En esas búsquedas a gran escala también se registraron los hogares de otros vecinos.
"Se trata de controles sobre personas objeto de la investigación. No hay nada que confirme por el momento que el autor se encuentre entre ellos, pero las búsquedas tal vez permitan identificar a un sospechoso", explicó una fuente cercana a la investigación a diario francés 'Le Parisien'.
El objetivo no era otro que comprobar con mayor precisión los horarios, detectar posibles relaciones o incluso mensajes sospechosos, según 'Le Parisien'. Por ello, los investigadores llevaron a cabo un registro completo de las viviendas, pero también de los vehículos, e incluso habrían recogido muestras genéticas.
Esta operación judicial es una nuevo rayo de esperanza para los jueces de instrucción y los gendarmes de la sección de investigación de Marsella para poder finalmente desentrañar el misterio que rodea esta desaparición. Y es que las últimas búsquedas iniciadas en las semanas y meses anteriores no dieron resultado alguno: el pequeño Émile no aparece por ningún lado.
El pequeño desaparecido tiene los ojos marrones, el pelo rubio y mide unos 90 centímetros aproximadamente. El día de su desaparición vestía con una camiseta amarilla, unos pantalones cortos blancos y zapatos de senderismo.