una de las últimas pinturas del artista
Una mujer francesa ha recuperado un Renoir que los nazis robaron a sus abuelos durante la ocupación de París en 1941 y que desde entonces había viajado por el mundo hasta que apareció en una subasta en Nueva York en 2013 e intervinieron las autoridades. Sylvie Sulitzer fue la invitada de honor en el Museo del Legado Judío de Manhattan, donde la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York y el FBI presentaron "Deux femmes dans le jardin" (1919), que perteneció a la colección privada de Alfred y Marine Weinberger, sus abuelos.
Se trata de una de las últimas pinturas finalizadas por el maestro impresionista Pierre-Auguste Renoir (1841-1919), que en su último año de vida sufría de una grave artritis y a veces tenía que atarse el pincel a la mano debido al dolor, según explicó el fiscal Geoffrey Berman. Sulitzer, la única heredera de los Weinberger, explicó que su abuelo era un prominente experto y coleccionista de arte que escapó de la Gestapo con su familia al comenzar la ocupación nazi en París, y para ello se unió a la resistencia de los 'maquis'.
En su huida a los Alpes franceses, los Weinberger dejaron su colección guardada en la cámara de un banco en la capital, pero en 1941 los nazis la incautaron y un año después la Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg (ERR), la unidad militar del régimen nazi que se apropiaba de los bienes culturales, la transfirió a un museo. La mujer subrayó que esa unidad, cuyo detallado archivo de las obras robadas ha permitido a los familiares de los supervivientes seguirles la pista, requirió a su abuelo que trabajara como experto en la identificación de los objetos, a lo que éste se negó.
El fiscal Berman, que colaboró con el FBI en la investigación de la obra después de que aflorara en una subasta de la casa Christie's en Nueva York en 2013, relató que tras la guerra el Renoir fue de mano en mano durante años, viajando desde París hasta Johannesburgo, Londres y Zúrich. Sulitzer, que también busca otros cuatro cuadros de Renoir y un Delacroix pertenecientes a su familia, reclamó la obra cuando se subastó en Christie's, tras lo que las autoridades investigaron su origen y, al concluir que era robada, su nuevo propietario accedió voluntariamente a cederla.