EN EL BANQUILLO DEL VATICANO, UN SACERDOTE ESPAÑOL
El juicio se reanuda después de tres meses y medio de parón y para proceder con el interrogatorio de los imputados. El sacerdote español encausado es Lucio Vallejo Balda, secretario de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA), de donde procedía la mayor parte de los archivos revelados.
Vallejo Balda es el único imputado sobre el que pesa una medida cautelar: fue detenido el 1 de diciembre pasado en la Gendarmería, el 23 de ese mes fue puesto bajo arresto domiciliario y ahora el Vaticano ha vuelto a encarcelarle por comunicarse con el exterior.
Así lo ha confirmado el portavoz vaticano Federico Lombardi, quien señaló que, al comunicarse con el exterior, Vallejo ha quebrantado una de las condiciones en virtud de la cual se le permitió disfrutar del arresto domiciliario en un apartamento del Estado vaticano.
El parón procesal se ha debido a la decisión del tribunal vaticano de admitir nuevas pruebas, como las conversaciones telefónicas y mensajes entre dos de los acusados o las comunicaciones existentes en el ordenador de Vallejo relativas a mayo de 2015. Para ello ha sido necesario el nombramiento de los peritos de las partes y el análisis de ordenadores y teléfonos.
En uno de los documentos del sumario, el sacerdote riojano, que llegó al Vaticano en 2011 al ser nombrado por Benedicto XVI como secretario de la Prefectura de los Asuntos Económicos, argumenta que filtró los documentos enajenado por la relaciones públicas Francesca Chaouqui, con quien dice haber mantenido relaciones sexuales en una ocasión.