EL REO MURIÓ DE UN ATAQUE AL CORAZÓN TRAS 45 MINUTOS DE AGONÍA

Muere de un infarto un reo tras abortarse su ejecución por un problema con la inyección letal

Las complicaciones en la aplicación de la pena de muerte a un preso, que falleció de un ataque al corazón más de 40 minutos después de recibir la inyección letal, en Oklahoma obligó a cancelar un segundo ajusticiamiento, en la que iba a ser la primera ejecución doble del país desde el año 2000.

El condenado a muerte Clayton Lockett murió de un ataque al corazón después de que el estado de Oklahoma hubiese abortado su ejecución debido a problemas con la inyección letal.

Le fue administrada de manera incorrecta una hora antes y provocó temblores y jadeos en el reo, según detallan varios testigos que presenciaban la ejecución.

Se trataba de la primera de las dos ejecuciones previstas para este día en el estado y venían precedidas de una fuerte polémica, ya que la Corte Suprema de Oklahoma había suspendido la semana pasada, de forma temporal, ambas ejecuciones, al entender que había una falta de información sobre los fármacos usados en las inyecciones letales.

Los condenados eran Clayton Lockett, que fue declarado culpable de matar a tiros a una mujer de 19 años de edad, a quien él y otros dos hombres secuestraron en junio de 1999; y Charles Warner, que fue acusado de violar y asesinar a un niño de 11 meses de edad.

La suspensión fue rechazada el pasado jueves, momento en el que los abogados de ambos presos advirtieron de que "ni siquiera se sabe si las drogas de inyección letal que se utilizarán se obtuvieron legalmente, y no se sabe nada acerca de su origen, pureza y eficacia, entre otras cuestiones".

Los testigos aseguran que en la sala de ejecuciones se vivió "una escena angustiosa", debido a que la forma de administración de las drogas para acabar con la vida de Lockett no fue la correcta, de acuerdo con la información del diario estadounidense 'The New York Times'.

Tras cerca de 45 minutos agónicos y después de haber abortado la ejecución a causa de los contratiempos, Lockett murió de un infarto. Pese a las múltiples críticas recibidas, los funcionarios locales aseguran que los medicamentos fueron obtenidos legalmente en farmacias autorizadas.

Los estados que mantienen la pena de muerte en Estados Unidos han empleado tres inyecciones letales diferentes durante las últimas décadas, pero las empresas farmacéuticas han dejado de vender esas drogas en los últimos años.

Algunos estados han recurrido a las farmacias de compuestos, que producen pequeñas cantidades de medicamentos con receta médica, lo que ha llevado a los abogados defensores a cuestionar la calidad de los medicamentos y si éstos pueden causar un dolor indebido durante la ejecución.

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