LA ACABÓ CON 25 AÑOS PERO SU MADRE ERA JUDÍA

Una mujer de 102 años presenta su tesis doctoral porque los nazis se lo impidieron en 1938

Ingeborg Rapoport tenía 25 años cuando escribió su tesis doctoral en Hamburgo, pero ha tenido que esperar hasta el miércoles para defenderlo ante un comité académico, 77 años después. En 1938 el Gobierno nazi le impidió su lectura debido a que su madre era judía, por lo que tuvo que emigrar ella sola a Estados Unidos. Allí consiguió entrar en una escuela, se casó y tuvo tres de sus cuatro hijos. De vuelta en Europa, tuvo otro hijo y una carrera profesional de éxito. Ahora ha logrado cumplir su sueño.

Ingeborg Rapoport tenía 25 años cuando escribió su tesis doctoral, pero ha tenido que esperar hasta el miércoles para defenderlo ante un comité académico, 77 años después. La mujer vive en Berlín y presentó su tesis en la Universidad de Hamburgo en 1938, cinco años después de que Adolf Hitler llegara al poder. Su tema era la difteria, una enfermedad infecciosa que entonces era una de las principales causas de muerte entre los niños en los EE.UU. y Europa, según publica The Wall street Journal.

El profesor de Rapoport, miembro del partido nazi, elogió su trabajo, pero eso no era suficiente. Las autoridades académicas en Berlín citaron "razones raciales" para llevar a cabo la prohibición: Rapoport fue criada como protestante, pero su madre era judía, haciendo de ella "un cruce de primer grado" en la jerga nazi. Por ello, los funcionarios dijeron que su trabajo era "inelegible" para el avance académico.

Rapoport consideró entonces que era "una pena para la ciencia y una vergüenza para Alemania", pero el tratamiento que recibió no fue único: miles de estudiantes y profesores "no arios" fueron expulsados de las universidades y muchos murieron en los campos de exterminio.

"Era una pena para la ciencia y una vergüenza para Alemania"


En 1938, la Rapoport, entonces llamada Ingeborg Syllm, emigró sin dinero y sola a los EEUU. Allí realizó estancias hospitalarias en Brooklyn, Nueva York, Baltimore y Akron, Ohio. También solicitó estudiar en 48 escuelas de medicina y fue aceptada en el Colegio Médico de la Mujer de Pensilvania, en Filadelfia.

Así obtuvo su primer trabajo en un hospital de Cincinnati, donde en 1944 conoció a un médico austriaco judío y bioquímico, Samuel Mitja Rapoport, con quien se casó dos años después. La pareja se hizo famosa al recibir un Certificado de Mérito por el presidente Harry S. Truman por su trabajo en la conservación de la sangre, y ella se puso rápidamente a la cabeza de la pediatría del hospital. Además, la pareja tuvo tres hijos muy seguidos.

En 1950, el señor Rapoport fue a Zurich a impartir una conferencia pediátrica y se quedó allí. Por ello, la mujer, embarazada de su cuarto hijo, decidió viajar con toda su familia y volver a Europa. Ambos se mudaron a Alemania Oriental, donde su marido fundó su propio instituto de bioquímica, permaneciendo activo casi hasta su muerte en 2004. Ella no se quedó atrás y fundó la primera clínica de neonatología en un hospital de Berlín.

Presentar el doctorado
Aunque la mujer confiesa que nunca se ha sentido amargada y que su sensación es de ser una persona afortunada porque tuvo "los mejores maestros en Estados Unidos", encontró a su esposo y tuvo a sus hijos.

"Sé mucho más sobre la difteria ahora que entonces"

Sólo hace unos meses retomó la idea del doctorado, puesto que un compañero de su hijo en Hamburgo, profesor de la escuela de Medicinas de Harvard, contó su historia al actual decano de la Universidad de facultad de Medicina de Hamburgo. Éste realizó todo el proceso burocrático y el departamento legal dijo que se le debía dar un título honorífico.

Su principal obstáculo práctico ha sido su visión porque no puede leer ni usar el ordenador. Así que varios parientes y amigos bioquímicos tuvieron que rastrear internet para ver los avances científicos en la difteria en los últimos siete años e informarla por teléfono. "Sé mucho más sobre la difteria ahora que entonces", explica Rapoport.

El miércoles el doctor Koch-Gromus y otros dos profesores escucharon en la sala de muebles marrones y naranjas de Berlín a la mujer durante 45 minutos antes de aprobar su doctorado casi ocho décadas después de que ella lo solicitase.

"Fue una muy buena prueba", dijo el decano. "Particularmente dada su edad, ella fue brillante ", matizó. La universidad ha programado una ceremonia en Hamburgo el 9 de junio, cuando la Rapoport se convertirá en la persona de más edad en recibir un doctorado.

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