MARRUECOS CASTIGA EL INCUMPLIMIENTO DEL AYUNO
El ayuno en el mes de Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam, y por ello su ruptura es un pecado, pero en algunos países musulmanes, entre ellos Marruecos, es además un delito penado por la ley. El artículo 222 del Código Penal marroquí castiga con penas de entre 1 y 6 meses de cárcel, más una multa, a "todo individuo notoriamente conocido por su pertenencia al Islam que rompa ostensiblemente el ayuno en un lugar público durante el Ramadán".
El pasado lunes, cinco jóvenes marroquíes fueron detenidos por tomar un zumo de naranja en pleno día, como cualquier turista más, en la famosa plaza Yemaa Lafna de Marrakech. Reprendidos por los vecinos de la plaza, los jóvenes respondieron de forma airada que estaban viajando (pues los viajeros están eximidos de ayuno), pero los vecinos, no conformes, llamaron a la Policía, que los arrestó. Hay policías que muestran un desmesurado exceso de celo, como ha lamentado el ministro de Justicia, el islamista Mustafa Ramid, en un coloquio nocturno sobre la reforma del Código Penal. Ramid ha contado que unos gendarmes detuvieron este año a dos jóvenes por estar fumando un cigarro en un lugar abandonado, escondidos de todas las miradas, y cuando consultaron con la fiscalía, se les ordenó dejarlos en libertad.
"He enviado una orden a todas las fiscalías para que distingan entre el espacio público y el privado -aclaró Ramid-. Nuestro objetivo es decretar leyes que protejan a los ciudadanos y los valores de la sociedad, pero si una persona está metida en un rincón, no es asunto mío, ¿por qué voy a importunarlo?", ha dicho el ministro de justicia. En los últimos años, los casos de detenidos por la ruptura del ayuno no habían pecado precisamente de "notoriedad", sino que la Policía había ido a buscar a jóvenes que comían dentro de un coche o que bebían agua bajo la sombra de un árbol.
A pesar de todo, Ramid ha aclarado que no propugna una despenalización total de la ruptura del ayuno: "el famoso artículo 222 -precisó- desaparecerá el día en que la sociedad lo reclame", insiste. Marruecos está inmerso en un intenso debate sobre las libertades individuales, generado por el anteproyecto de reforma del Código Penal, y los temas más polémicos están siendo los que competen a las libertades individuales: el no respeto del ramadán, la homosexualidad, el adulterio y la apostasía o el cambio de religión.
En el debate, Ramid lo puso en estos términos: la sociedad marroquí es conservadora y musulmana, y el Gobierno tiene el deber de ir por delante de la sociedad, pero no demasiado por delante, pues entonces pierde la conexión con ella. Según él, todas esas cuestiones general polémica para una minoría de la sociedad. Y hace solo una semana había dicho: "La mayoría no puede ceder a las reivindicaciones de una minoría en nombre del progreso".