EN REINO UNIDO
Ha sido el momento más duro de sus vidas. Una pareja de Meir Heath (Reino Unido) ha visto cómo su hijo, tras luchar durante nueve meses contra una rara enfermedad de hígado, fallecía en sus brazos. El bebé, Connor McCue, se había enfrentado a operaciones y trasplantes, pero sus padres decidieron que no valía la pena que siguiera sufriendo si los médicos no podían curarle, según recoge Mirror.
Fue, eso sí, una despedida llena de amor, el que también han reflejado el padre y la madre de Connor en Facebook con un desgarrador mensaje: "Anoche, a las 10.09pm, Connor Daniel McCue se quedó dormido y extendió sus alas, estaba en mis brazos y Paul también le estaba sujetando", escribió Jessica McDonagh.
El mensaje de la madre continúa: "Ayer fue un día premioso. Fue bautizado y todos nos reímos. Connor estaba muy tranquilo y cómodo en la calle, toda la tarde bajo el sol. Ha sido el niño más grande y más valiente y estamos muy orgullosos de él. Hasta el final él fue y sigue siendo nuestro héroe. Siempre te amaremos, siempre te echaremos de menos y siempre serás nuestro bebé”. Y concluye: "Noche, noche maravillosa".
El pequeño Connor se había sometido a un exitoso trasplante de hígado en enero, tras haber fallado un intento anterior. Sin embargo, su cerebro se había ido deteriorando en las últimas semanas. Y hace escasos días, le diagnosticaran parálisis cerebral. "Me rompe el corazón decirlo, pero parece que se ha rendido y ya ha tenido suficiente", contaba entonces su madre.
Aunque tanto ella como el padre deseaban ver curado a su hijo, se impuso la realidad y decidieron que tampoco querían verlo sufrir. Cuando el bebé entró en parada cardíaca, pidieron a los médicos que no hicieran nada y el bebé murió en sus brazos, un final desgarrador pero que han querido contar para mitigar su tristeza y, de paso, reflejar la dureza de las enfermedades raras y la importancia de los trasplantes.