Afganistánn
Los talibanes vuelven a gobernar Afganistán por primera vez desde 2001. El país ha estado desde el siglo XIX en el foco de las potencias europeas: primero por ser un enclave estratégico en la ruta de la seda y, ya en el siglo XX, por sus yacimientos petrolíferos. Hasta que el 11 de septiembre lo cambió todo.
El mulá Baradar Akhund, jefe de la oficina política de los insurgentes en Catar, ha declarado este lunes el fin de la guerra de Afganistán con la victoria de los talibanes, un logro inesperado por su rapidez y que se completó ayer domingo con la huida del presidente, Ashraf Ghani, y la toma de Kabul, que ha provocado escenas de caos y pánico en el principal aeropuerto de la ciudad.
"Hemos alcanzado una victoria que no se esperaba (...) debemos mostrar humildad ante Alá", ha dicho en un mensaje en vídeo el ex número dos del movimiento insurgente en la primera declaración pública de un líder talibán tras la conquista del país. En el primer día en Afganistán bajo control talibán desde la invasión estadounidense en 2001, Baradar se ha referido a este como "el momento de la prueba".
¿Quiénes son los talibanes?
Para conocer el origen de este movimiento insurgente hay que remontarse a la invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética, en los años 80 del pasado siglo.
La guerra de Afganistán de 1978-1992 fue la primera fase del extenso conflicto de la guerra civil afgana. En ella se enfrentaron las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán, apoyadas entre diciembre de 1979 y febrero de 1989 por el Ejército Soviético, contra los insurgentes muyahidines, grupos de guerrilleros afganos islámicos apoyados por numerosos países extranjeros, con Estados Unidos a la cabeza. Está considerada como parte de la Guerra Fría.
Soldados afganos veteranos de esa guerra iniciaron el movimiento talibán, que sigue una doctrina islámica modernista. Su idea de sociedad está basada en interpretaciones estrictas de lo que debe ser la vida de un musulmán. Los talibanes gobernaron el país desde 1996 -cuatro años después de que la disolución de la Unión Soviética provocase el colapso económico de Afganistán- hasta 2001, cuando EEUU invadió el país tras los ataques del 11 de septiembre después de que los talibanes diesen cobijo a Osama Bin Laden y a sus militantes de Al Qaeda.
Los recursos naturales de Afganistán
La Unión Soviética nunca pudo conquistar completamente el país, pese a haber contado con el apoyo del Gobierno afgano. Los rusos fueron de los primeros en darse cuenta del potencial económico del país gracias a sus grandes recursos naturales. Antes del siglo XX, muchas potencias occidentales consideraban a Afganistán clave por su posición estratégica en la llamada ruta de la seda.
La URSS comenzó la extracción de distintos materiales del subsuelo afgano a través de labores de minería. Los principales materiales que se extrajeron fueron esmeraldas, cromo, cinc, uranio e hidrocarburos.
En cuanto al petróleo, se estima que sólo en la cuenca del Amo Darya, donde se encuentran 322 pozos de explotación, hay entre 500 y 2000 millones de barriles de crudo. El llamado 'oro negro afgano' despertó el interés, a principios del siglo XX, de potencias europeas como el Reino Unido. Rusia (entonces URSS), por su parte, extrajo petróleo de suelo afgano durante la década de los 60 del pasado siglo.
Además, en 2010 se descubrió que litio entre los yacimientos del país, mineral necesaria para la fabricación de baterías de distintos aparatos y dispositivos y por lo tanto esencial en el actual mercado económico.
La realidad social, política y económica de Kabul y las mujeres afganas
Con la salida de tropas estadounidenses de Afganistán, los talibanes han culminado una 'reconquista' para la que se llevaban preparando (y poniendo en práctica) desde hace 20 años. La caída del régimen talibán en 2001 no supuso ni mucho menos su destrucción.
El país no ha logrado, en estas dos décadas y pese al apoyo de EEUU, convertirse en nada parecido a una democracia plena y real. Solo Kabul, donde se concentraba la riqueza y actividad económica de todo el país, consiguió -en parte- prosperar.
Con la llegada de los talibanes al poder, Kabul pasará a ser la capital de un país en el que regirá la interpretación ortodoxa de la ley islámica. Las mujeres pasarán a ocupar un rol puramente testimonial en el hogar, ya que se les prohibirá realizar cualquier tipo de trabajo o estudiar. Durante el gobierno vigente entre 1996 y 2001, las afganas no pudieron salir de sus casas sin estar acompañadas y fueron víctimas de la más absoluta regresión de cualquier derecho fundamental.