Reina Isabel II
La reina Isabel II ha sido vista en numerosas ocasiones conduciendo coches en Reino Unido, desde joven hasta su etapa como anciana. Sin embargo, no disponía de carnet.
La reina Isabel IIde Inglaterra ha sido vista en numerosas ocasiones conduciendo. Desde joven hasta cuando los médicos le han pedido descansar un poco. Y es que, aunque la monarca disponía de varios empleados reales para llevarla a los destinos que ella desease, es conocido que disfrutaba ponerse al volante de vez en cuando. En numerosas ocasiones ha acudido a sus eventos favoritos conduciendo Rolls-Royce, Bentley, Jaguar o Land Rover, pero, lo más curioso de todo, es que no tenía carnet de conducir.
¿Cómo puede ser que la reina de Inglaterra condujese sin licencia? Isabel II ha disfrutado de muchas ventajas como soberana de Reino Unido, incluida la conducción legal sin disponer carnet. Nunca se le ha pedido que realizase un examen de conducción. Durante décadas ha conducido desde que aprendió en la época de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras el país estaba en guerra a principios de los años 40 durante el reinado de su padre Jorge VI, Isabel se ofreció voluntaria en la rama femenina del Ejército británico, en el Servicio Territorial Auxiliar. Fue allí dónde se formó como conductora y también mecánica. Aprendió a cambiar neumáticos e incluso reparar motores de automóviles. Era la única persona que no necesitaba carnet para conducir.
Exenta a tener el carnet de conducir
Una prerrogativa de la ley en Reino Unido excluye al soberano o soberana británica de las regulaciones que afectan al reglamento de circulación a pesar de que todos los permisos del país se emiten a su nombre.
Comenzó a conducir a los 19 años y continuó haciéndolo hasta los 92.Fue en 2019 cuando renunció a conducir por las carreteras públicas. Lo hizo por precaución. Tomó esta decisión después de que su marido, el Duque de Edimburgo, con 97 años provocara un accidente de tráfico cuando conducía cerca de Sandringham. El todoterreno de Felipe II chocó contra un coche en el que viajaban dos mujeres y un bebé. No hubo heridos, aunque el consorte de Isabel II decidió dar un paso al costado y no volver a conducir.