Rusia y Alemania
Esta turbina es clave para el funcionamiento del gaseoducto del Báltico. La pieza fue enviada a Canadá para una reparación.
Rusia y Alemania mantienen un pulso diplomático por una turbina. Esta turbina es clave para el funcionamiento del gasoducto del Báltico. La pieza fue enviada a Canadá para una reparación y ha sido devuelta a Alemania, pero ahora hay que enviarla a Rusia. Sin embargo, Moscú pide ahora garantías de que esa pieza no está sujeta a sanciones.
Continúa el juego de versiones entre Rusia y Moscú. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha asegurado que tan solo falta completar la solicitud desde Moscú y ha confirmado que no hay sanciones que impidan la entrega. Tanto Reino Unido, que es de donde procede la pieza, como Canadá, Berlín y Bruselas han dado el visto bueno. Tanto Gazprom como el Kremlin insisten en que hay dudas sobre las sanciones y sobre detalles contractuales con Siemens.
Lo que parece que está claro es que no va a volver a aumentar el flujo de gas a corto plazo. La avería de esta turbina del pasado 11 de julio provocó que el gaseoducto ruso Nord Stream 1 redujera al 40% el envío de gas. Tras la avería, Rusia envió la turbina a Canadá para su reparación, pero después el gobierno canadiense no se la devolvió. Este decidió mandarla a Alemania para cumplir con las sanciones.
Una vez en Alemania, el canciller Scholz ha comprobado personalmente que la turbina está en buen estado y ha enviado un mensaje a Moscú: "Lo importante es dejar claro que esta turbina se puede enviar y usar en cualquier momento". Scholz también ha afirmado que "no hay nada que se interponga en su envío a Rusia".
El Kremlin sigue sin verlo claro. Considera que las sanciones occidentales afectan a esa turbina. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dicho que a "Gazprom le gustaría mucho recibir la turbina, pero Gazprom está sancionado. Es importante que recibamos los documentos legales que confirmen que la turbina no ha caído bajo sanciones".
¿Qué ocurre ahora con el gaseoducto?
Alemania ya ha contestado. Desde allí aseguran que la turbina está fuera de las sanciones y considera que el bloqueo del gaseoducto es una decisión política. Hace unos días, Moscú volvió a reducir el flujo del Nord Stream 1 al 20%, argumentando problemas técnicos en una segunda turbina.