A LA ESPERA DE LA RESPUESTA DE WASHINGTON
Alrededor del 97% de la población puertorriqueña se ha pronunciado este domingo en referéndum a favor de convertirse en estado federado de Estados Unidos, según resultados correspondientes al 97 por ciento del recuento.
Según las informaciones recogidas por el diario local 'El Nuevo Día', con el citado recuento 499.860 personas han optado por esta opción, mientras que 7.727 lo han hecho a favor de avanzar en el proceso de libre asociación como paso previo a una posible independencia y 6.764 a favor de mantener el actual status semicolonial dependiente de Estados Unidos.
Tras el anuncio del recuento, el gobernador puertorriqueño, Ricardo Roselló, ha resaltado que se trata de "un mensaje fuerte y claro al mundo", afirmando que es "un reclamo de igualdad de derechos como ciudadanos americanos".
"Nos corresponde ahora llevar esos resultados a Washington con la fuerza que representa el cumplimiento de un ejercicio democrático, supervisado por una misión de observadores nacionales e internacionales, que han validado el proceso como uno debidamente organizado, justo y democrático", ha explicado. Por contra, el opositor Partido Popular Democrático (PPD) ha hecho hincapié en la baja participación, que habría sido del 22 por ciento, para rechazar los resultados del referéndum.
"Ocho de cada diez electores no le hicieron caso al gobierno, no fueron a votar", ha resaltado el presidente del PPD, Héctor Ferrer. En esta línea se ha expresado la vicepresidenta del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), María de Lourdes Santiago, quien ha descrito el referéndum como "un fracaso".
"El resultado del plebiscito constituye un fracaso para aquellos que se dejaron imponer la inclusión de la opción colonial con tal de impulsar un proceso con un aval federal imaginario y solo servirá para dramatizar el desinterés y el rechazo a cualquier proyecto de anexión", ha valorado.
Los defensores de que Puerto Rico se convierta el estado 51 de Estados Unidos esperaban que esta opción gane la votación, a pesar de que varios partidos de la oposición la rechazan. Se trata de un referéndum no vinculante, ya que la decisión final la tiene Washington. La propuesta para celebrar un plebiscito de estatus no encontró respaldo entre los partidos de la oposición por la existencia de discrepancias en torno a los modelos políticos que el gobierno ha incluido en la papeleta de votación.
Rosselló ganó las elecciones el pasado noviembre gracias a sus promesas de convertir a Puerto Rico en estado federado de Estados Unidos y ahora confía en que Washington respete la votación. Puerto Rico ha estado bajo la tutela de Washington desde 1898, cuando fue invadido al final de la guerra entre España y Estados Unidos. Aunque los isleños recibieron la ciudadanía estadounidense en 1917, se han mantenido en un limbo colonial en el que gran parte de la economía del país depende de la superpotencia mundial.
Mucha gente piensa que el estatus territorial de la isla ha contribuido a los diez años de recesión económica, provocada por décadas de préstamos y la eliminación de incentivos fiscales. Puerto Rico está exento de los impuestos sobre ingresos, pero paga la Seguridad Social y el seguro médico para personas mayores y los impuestos locales. Además, recibe menos fondos federales que los estados de Estados Unidos.