Donald Trump
El intento de asesinato a Donald Trump ha supuesto un antes y un después en la campaña electoral para la presidencia de los Estados Unidos.
Durante la noche del pasado sábado, Donald Trump se encontraba en Butler, Pensilvania. Acudió hasta allí para realizar un meeting y continuar así con la campaña electoral. El acto acababa de empezar cuando de repente se escucharon disparos. Nadie entendía nada. Fue entonces cuando Trump se llevaba la mano a la oreja izquierda y se agachaba para tratar de esquivar el resto de balas. El expresidente republicano de los Estados Unidos había resultado herido por una bala.
Las alarmas se activaron. Trump había sufrido un intento de asesinato que, debido a la rápida actuación de su equipo de seguridad, finalmente quedó en un susto. Los médicos hablan de milagro, pero si no llega a ser por el fallo en la precisión, las noticias serían otras.
Tras lo ocurrido, el tirador fue abatido. Pero no fue el único muerto. Una de las balas que Thomas Mathiew Crooks, autor del magnicidio al expresidente, impactó sobre la cabeza de uno de los asistentes del meeting. El exmandatario no volvería a aparecer hasta dos días después, en la primera jornada da la convención del partido republicano en Milwaukee. Con el puño en alto y la oreja vendada, así aparecía Trump.
Acostumbrados a verle entrar bailando, siendo prepotente con sus oponentes, desafiando a quien se le pusiera por delante, parece que, por primera vez, el candidato republicano ha reflejado cierto atisbo de vulnerabilidad. "Ahora se ve a un Donald Trump mucho más comedido, midiendo realmente su actitud y evitando cualquier aspecto agresivo. Intenta mostrarse como alguien mucho más moderado de lo que ha sido en estos últimos tiempos", explicaba José Antonio Gurpegui, profesor del Instituto Franklin.
No obstante, este intento de asesinato, aunque parezca mentira, parece haber sido favorecedor para Trump, ya que si las elecciones presidenciales de Estados Unidos se celebrasen ahora mismo, Donald Trump se proclamaría como presidente.
Según Gurpegui, la estrategia de Trump en las próximas semanas será mantener un mensaje más moderado, menos agresivo y tranquilo. "No le conviene que las aguas estén revueltas. Al menos hasta que los demócratas tengan un candidato seguro".
Hemos hablado con María Padilla, fundadora de Capital Psicólogos, quien nos ha explicado que sufrir un intento de asesinato "es una experiencia bastante potente y extremadamente traumática". Incluso para una persona "con un ego tan sobresaliente y poderoso", como es el caso de Donald Trump, este suceso "puede provocar un shock profundo".
Entre los síntomas que se generar tras ello está el estrés postraumático, el cual se puede dar incluso meses después de que se haya producido el acontecimiento. La ansiedad, el insomnio o la hipervigilancia también son algunos de ellos. "Es probable que Trump haya experimentado una conmoción justo después del atentado, afectando a todo su sistema de respuesta de manera temporal", añade Padilla.
Asimismo, la manera en la que reapareció el expresidente en la convención de Milwaukee, donde se le pudo ver algo más apagado, la psicóloga asegura que "es totalmente normal, porque responde a una condición humana". "Después de este tipo de experiencias cercanas a la muerte, se manifiesta una ansiedad residual", añade. Una ansiedad residual que se manifiesta como un miedo persistente tras lo ocurrido y lleva a que "una persona se muestre más cautelosa y menos expresiva".
Lo que se podría llegar a pensar después del atentado del pasado sábado es que Donald Trump rebajase su alter ego y se muestre vulnerable. Sin embargo, Padilla asegura que "en una figura como él, un intento de asesinato lo que va a hacer es alentar su alter ego. Va a reforzar sus sentido de la determinación y misión. La percepción de ser una figura perseguida puede perfectamente aumentar, su resiliencia y su deseo todavía, si cabe más, de luchar contra sus opositores".
Fernando Botella, experto en liderazgo y CEO de Think&Action, afirma que el intento de asesinato a Donald Trump ha hecho que las cosas cambien. Por este motivo, "tanto los republicanos como los demócratas necesitan de una nueva narrativa política".
"Trump ha pasado de ser un instigador del caos a ser realmente una especie de víctima social y de las circunstancias que han acontecido", asegura Botella. Además, aunque no haya mucho cambio en los resultados electorales, "la realidad es que en los próximos días, semanas, sí que van a cambiar esas encuestas dependiendo de cuál sea la estrategia de comunicación política", dice. Una nueva narrativa que será crucial para que "se establezca un ganador definitivo mucho antes de que la gente vaya a votar".
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