Temporal
Cientos de vuelos y miles de pasajeros, entre ellos españoles, se han visto afectados por el temporal de nieve que azota Reino Unido. Las alternativas que ofrecen las aerolíneas son escasas.
Uno de los aeropuertos de Londres ha tenido que suspender todos sus vuelos por el temporal, y en otros dos hay decenas de cancelaciones, con miles de viajeros atrapados. Entre esos viajeros, hay muchos españoles a los que, por el momento, no les ofrecen alternativas de viaje para volver a casa antes de una semana.
Es el panorama que se encontraron los españoles querían volver a casa: aviones parados y quitanieves trabajando en todos los aeropuertos de Londres. Pedro, un español atrapado, explica que había vuelos programados a Madrid, Valencia, Bilbao o Barcelona, pero les han dejados a todos "sin volar".
Sin saber a dónde ir, miles de pasajeros colapsan las terminales. Las colas en el interior del aeropuerto parecen kilométricas. La solución para muchos es buscar un hotel para pasar la noche.
Sin vuelos en 4 días
Españoles en medio de la calle, con las maletas... y buscando un taxi. Con el temporal azotando, los retrasos se acumulan. A este grupo de Valencia le ofrecen un vuelo para dentro de 4 días.
"Podemos volar el viernes que viene pero ya no a Valencia, sino haciendo una escala en Roma de 8 horas por la noche y de ahí a Barcelona", explica Paula, otra de las españolas afectadas por el temporal.
Y mientras tanto, hay que hacerse cargo de los gastos. "Se supone que nos dan 150 euros diarios... la cosa es que nos lo tenemos que pagar nosotros ahora todo y se supone que en el futuro nos lo devolverán", apunta Álvaro. "No podemos estar 5 días en Londres asumiendo gastos por adelantado sin saber si te lo cubren o no y encima sin poder trabajar", añade Pedro.
La escena en prácticamente todo Reino Unido es la de un manto de nieve que está provocando el caos. Las aerolíneas apenas les dan alternativas viables dada la falta de plazas. Además, muchos se han visto atrapados en las carreteras, incluso en trayectos cortos. Siguen a la espera de una solución para salir de la ratonera en la que se ha convertido la capital británica.