TRAS LOS ATENTADOS DE COPENHAGUE
Varios "cientos de tumbas" de un cementerio judío de la región de Sarre-Union, en el noreste de Francia, fueron profanadas, según indicó el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, que condenó "con la mayor firmeza" este "acto criminal".
"Haremos todo lo posible para identificar, detener y entregar a la justicia a los autores de esta ignominia", indicó el ministro en un comunicado. Cazeneuve señaló que un equipo de técnicos de identidad criminal han procedido a tomar pruebas para tratar de identificar a los autores de este acto.
Francia "no tolerará esta nueva herida que ataca a los valores que todos los franceses comparten. Ninguna violencia, ninguna manifestación de falta de respeto ni de odio inspirado por cualquier forma de racismo o intolerancia religiosa debilitará nuestra indestructible voluntad de vivir juntos en libertad", agregó.
El ministro hizo un llamamiento a "la afirmación del respeto de la dignidad humana, de la libertad, de la tolerancia y de la fraternidad". Cazeneuve reveló este suceso poco después de haber viajado a Copenhague para interesarse por la situación de la ciudad tras el doble atentado que causó dos muertos, uno de ellos en un acto en el que participaba el embajador francés en Dinamarca.
Por su parte, en su cuenta oficial en Twitter, el primer ministro francés, Manuel Valls, calificó lo ocurrido en el cementerio judío de "acto innoble y antisemita, un insulto a la memoria. Se hará todo lo posible para encontrar a los responsables."