SANTIFICACIÓN DE LOS DOS PAPAS
"¡Santo, Santo, Santo!" Es lo que gritan sus fieles el día de su funeral. Por aclamación popular se pide la concesión de Santo Súbito a Juan Pablo II, horas después de su muerte. De este modo, es como se nombraba santidad a los sumos pontífices hace siglos.
Sin embargo, cumpliendo los requisitos actuales que marca la Santa Sede, el proceso de canonización del conocido como el 'Papa viajero' se ha producido en un tiempo récord. El primer milagro por el que Karol Wojtyla se convierte en beato es la curación del párkinson a la monja francesa Marie Simon Pierre.
El segundo, que es el que le ha llevado a ser santo tiene que ver con una mujer. Es Floribeth Mora y así ha narrado cómo se curó repentínamente de una aneurisma en el cerebro justo después de escuchar las palabras de Juan Pablo II. “No tengas miedo, me dijo”, asegura Mora, quien a partir de ese momento sanó instantáneamente.
El proceso de canonización de Juan XXIII ha sido diferente al de Juan Pablo II. En su caso, han pasado 51 años hasta convertirlo en Santo. Aunque, fue precisamente Juan Pablo II quien lo nombró beato en el año 2000 tras acreditarse una curación milagrosa a Juan XIII.
No ha sido necesario demostrar un segundo milagro, porque ha sido canonizado a través de otra segunda posibilidad, gracias a la decisión del Sumo Pontífice. El Papa Francisco firmó un decreto que así lo autorizaba. Ahora ya San Juan XXIII y San Juan Pablo II han ascendido juntos a los altares.