20 AÑOS DE CÁRCEL
Visinescu, de 89 años y procesado desde el pasado septiembre, ha sido condenado por su gestión de la prisión de Ramnicu Sarat entre 1956 y 1963.
En ese presidio se recluyó a muchos detenidos políticos en condiciones inhumanas, y al menos 14 de ellos murieron durante su mandato.
La fiscalía había solicitado una pena de 25 años, y la defensa tiene ahora diez días para apelar, algo que según indicó es "muy probable" que suceda.
Los reclusos de Ramnicu Sarat estaban en régimen de aislamiento, tenían prohibido hablar y era frecuente que sufrieran palizas y hambre debido a la escasa comida que se les suministraba.
La Fiscalía le acusó de "falta de cuidados médicos y degradación de la salud de los prisioneros debido a una mala alimentación, celdas gélidas, palizas y castigos aplicados de manera indiscriminada y abusiva".
Visinescu, que no estuvo en el tribunal cuando se leyó la sentencia, siempre ha alegado que se limitó a seguir órdenes y no ha mostrado signos de arrepentimiento.
Los abogados de la defensa han venido subrayando durante el juicio que el ahora condenado tiene una delicada salud.
En una de sus declaraciones en el juicio defendió que "las causas de la muertes fueron naturales" y que las sanciones "se aplicaban siguiendo los informes de los guardias".
Se estima que hasta 200.000 personas estuvieron encarceladas en Rumanía por sus ideas políticas entre 1945 y 1989, según organizaciones de memoria histórica rumanas.
Visinescu es la primera persona que responde por los crímenes del régimen comunista desde que el último dictador rumano, Nicolae Ceausescu, y su esposa Elena, fueron ejecutados tras un juicio sumario en la revolución de 1989, que acabó con la dictadura.
Este primer juicio llega más de 25 años después de la caída de la dictadura, cuando la mayoría de los supuestos responsables de otros crímenes han muerto o tienen ya más de 80 años.
Diferentes asociaciones rumanas han valorado de forma positiva la sentencia, aunque recuerdan que ningún alto cargo del régimen comunista ha sido nunca condenado.
"Es una victoria moral para nosotros", declaró a los medios rumanos tras el juicio Anca Cernea, cuyo padre y abuelo estuvieron internados en esa prisión.
"Cometió crímenes, y aunque ha pasado mucho tiempo desde entones, debe pagar por ello", agregó.