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El primer ministro japonés come pescado de Fukushima para demostrar que no hay riesgos tras el vertido

"Es muy bueno" y "delicioso" ha asegurado Fumio Kishida frente a la cámara tras ingerir un bocado de sashimi.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, come sashimi de pescado de Fukushima. Junto a tres de sus ministros, degustó lenguado, cerdo, arroz, verduras y frutas provenientes de la región de Fukushima. Pero el plato estrella fue el sushimi, hecho a base de mariscos o pescado crudos. "Es muy bueno" y "delicioso" asegura Kishida frente a la cámara tras ingerir un bocado.

El gobierno nipón ha difundido el vídeo en las redes sociales para demostrar que no hay riesgos al consumir productos marinos después del vertido de las aguas residuales de la central de Fukushima al océano Pacífico. Kishida invita a consumir estos productos del mar japoneses, a los que califica como "seguros y deliciosos".

El proyecto de tirar al mar más de un millón de toneladas del líquido radioactivo depurado ha provocado una fuerte oposición entre la población, los pescadores y organizaciones ecologistas. Además de las críticas de China que ha suspendido sus importaciones de productos marítimos procedentes de Japón.

El vertido de Fukushima

La semana pasada, Japón vertió en mar el agua procedente de los reactores dañados de la central nuclear de Fukushima por el tsunami de 2011. La operación fue aprobada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y según Tokio, no implica riesgo alguno para el medio ambiente ni para la salud humana.

Pero tras el vertido, China suspendió las importaciones de productos del mar del Japón , lo que generó una reacción de pánico entre los ciudadanos chinos. La venta de pescados disminuyó.

El primer ministro japonés viaja hoy a Toyosu, el principal mercado de pescado del país en Tokio, para reunirse con la industria pesquera y degustar de nuevo productos de Fukushima.

El director del OIEA, el argentino Rafael Grossi, ha vuelto a decir que la radiación en el agua de la central nuclear de Fukushima está por debajo del límite legal. Y es segura.